Sergio Roldán sale a hombros de Murcia
El almeriense corta dos orejas en la novillada celebrada en el murciano coso de La Condomina

Roldán suerte cargada y la muleta en la izquierda.
Es aspiración legítima de todo torero la de hacer el paseíllo en las grandes plazas. No pocas veces se dice en el orbe taurino que los buenos toreros deben torear donde para el tranvía, que por lógica se deduce que solo para en las grandes ciudades. Murcia es una ciudad con travía, yo lo ví. Además tiene una plaza en la que el pasado domingo se agolparon alrededor de 8.000 personas que cubrían aproximadamente medio aforo del coso para ver la clase práctica que se celebró, con novillos de Apolinar Soriano para alumnos de las escuelas de Cuenca, Almería, Sevilla, Málaga y Murcia.
Cinco faroles de hinojos fueron el recibo de Roldán al abanto mulato que le correspondió en suerte, rematando el recibo capotero con dos chicuelinas, una media verónica y una larga brionesa. Despliegue capotero que anunció, por encima de todo, el objetivo de triunfo que tenía marcado entre ceja y ceja el novillero almeriense.
A los medios, ambas rodillas en tierra, se fue Sergio Roldán a comenzar la faena de muleta, toreando en redondo y rematando la serie en pie con un pase de pecho de pitón a rabo. Si la falta de fuerza fue el mayor defecto del novillo, su mejor virtud fueron la fijeza y una enorme nobleza que lo acompañó hasta el final del trasteo.
Comenzó el toreo en redondo por el pitón derecho con series largas, rompiendo al novillo hacía delante y por encima de todo muy hundido en los riñones, volcando el peso sobre la pierna de salida y haciendo que cada pase tenga un por qué dentro de una faena bien estructurada.
Por el pitón izquierdo acusó en mayor medida el novillo la falta de fuerza y le costaba más salir de la muleta, falta que suplió Roldán con variedad,martinetes, pases cambiados por detrás y cuando la faena lo requirió circulares en las cercanías. En un circular se arrancó el novillo cuando el torero estaba colocandose propinandole una voltereta sin consecuencias.
Cerrado el novillo, tras una serie final acordandose de Manolete, se tiró con el corazón a matar Roldán en la suerte contraria hundiendo el acero hasta la gamuza, viendo como el público pedía dos orejas que concedía el palco.
Otra tarde que refleja la progresión del alumno aventajado de la Escuela de Almería que ya puede pensar en afrontar cotas mayores.