La final del certamen Miss Universo Andalucía, que se celebra este sábado 24 de mayo en el Teatro Granada 10, tendrá doble representación almeriense, aunque una de las modelos defenderá a otra provincia. Si Gigi Mendes, nacida en Mauritania y residente en Huércal de Almería, lleva la bandera de Miss Almería, Ana Padierna hará lo propio con la corona de Miss Sevilla, ciudad en la que reside y trabaja. La ganadora (hay veinte aspirantes) representará a la comunidad autónoma en la fase nacional, otro paso más hacia el título de Miss Universo.

Nacida en Dalías en 1993, Ana Padierna es abogada y politóloga: estudió Derecho y Ciencias Políticas y de la Administración en Granada, amplió su formación con dos másteres (uno especializado en Derecho Penal y otro en Derecho Mercantil y Comercio Internacional) y ha ejercido en Almería, Castilla la Mancha y Madrid y la capital hispalense, aunque cubre toda España. 

“El concurso no solo busca una cara bonita, sino que existan otros valores, una formación y un interés por asuntos sociales. La belleza es algo muy subjetivo, pero ya no vale con tener un cuerpo normativo según los cánones actuales. Las participantes en Miss Universo Andalucía tenemos una formación: eso se nota en las entrevistas, que tienen mucho peso”, asegura en conversación con este periódico.

“No me considero especialmente atractiva”

Por eso, esta daliense que “nunca, sin excepción” se pierde el Cristo de la Luz considera que existe una “concepción errónea” de los certámenes de belleza, tal y como se conciben en la actualidad, dado que no es solo un físico y el proceso de elección es súper exigente. 

“Yo no me considero una persona especialmente atractiva de hecho, y a lo largo de ciertas etapas de mi vida he recurrido al psicólogo para mejorar mi autoimagen. Actualmente lo sigo haciendo, para mí es fundamental. En su día, incluso, llegué a tener un trastorno de la conducta alimenticia: al final te venden una imagen o un prototipo de mujer inalcanzable, y te bombardean con ello. Creo que es responsabilidad de todas nosotras dejar un mundo más amable para aquellas que vienen”, subraya la actual Miss Sevilla.

La almeriense defiende asimismo que poseer atractivo no implica “tener la cabeza hueca”, uno de los tópicos que se asocian al universo de los concurso de belleza. “La gente se sorprende cuando te conoce, porque piensan que por dedicarte no vas a ser una mujer inteligente e ilustrada. Todas mis compañeras del certamen son inteligentes y muy cultas. Tú puedes dedicarte al mundo de la moda, ya seas mujer u hombre, y eso no significa, si me permites la expresión, que seas imbécil, o no tengas otras inquietudes. De hecho, yo dedico mi vida por entero a defender los derechos de las personas y es algo que me llena y que compagino con esta experiencia”, expresa con rotundidad. 

Otra idea preconcebida que se viene abajo es la edad. Ana Padierna tiene 31 años y, según dice, se siente “la mami del concurso”, pues la media se sitúa entre los 22 y los 24 años. “Es otra de las cosas que se están intentando cambiar en el mundo de la moda, aunque es un proceso lento: parece que las mujeres tenemos fecha de caducidad y que cuando cumplimos cierta edad se empieza a evidenciar el paso del tiempo y dejamos de ser válidas, o atractivas. 

Esto genera muchos problemas de autoestima. No le deseo a nadie el sentir que tiene fecha de caducidad: cuando has sido alguien activo, vivaz, la invisibilidad es muy dura. El año pasado, una de las concursantes tenía 52 años: era una mujer preciosa y estaba feliz por representar a su comunidad”, recuerda.

“Iba por el pasillo como Claudia Schiffer”

A la fase andaluza de Miss Universo han llegado veinte candidatas: una por cada capital de provincia y el resto elegidas de otras localidades, como Armilla y Loja, o zonas, como Costa del Sol y Costa Tropical.

Durante esta semana, las aspirantes se concentran en el Hotel Los Ángeles para preparar la final del sábado, en una intensa semana llena de formaciones y eventos. En la final del sábado tendrán que lucir varios cambios, entre ellos un vestido de gala, un traje de baño y, ante todo, enfrentarse a la entrevista con los jurados, donde entra en juego la “experiencia vital” de cada modelo, “su formación y sus valores” y cuestiones como qué harán en caso de ser elegidas como Miss Universo Andalucía.

Será allí, en esa final, cuando Ana Padierna vuelva a recordar aquel sueño infantil que la llevaba a imaginarse en una pasarela. “De pequeña enfilaba el pasillo de caso y desfilaba como si fuera Claudia Schiffer”, su gran icono en el modelaje junto a Naomi Campbell.

Aunque su principal referente siempre ha sido su familia. “Trabajo y tengo mi vida en Sevilla, ciudad que amo y me ha dado muchísimo, de ahí que no haya podido representar a Miss Almería. Pero estoy muy orgullosa de ser de Dalías y todos los años voy al Cristo de la Luz. Para mí es fundamental honrar mis raíces: esto es lo bonito de Andalucía, tiene arte en cada una de sus provincias. Mi abuelo Rogelio, uno de mis mayores referentes, que ya no está, me lo inculcó de niña, y siempre que tengo la oportunidad, aunque con el trabajo sea complicado, regreso a casa. Somos una familia muy unida, y daría todo en este mundo por poder compartir con él esta experiencia. Así que fuere como fuere, miraré al cielo y daré lo mejor de mí”, concluye.