Una sala de espera, una embarazada con su pareja y un pequeño corazón que ha dejado de latir. Esta es la premisa con la que comienza Las ausencias que me habitan, el primer libro de la malagueña Marina Medina, quien el pasado fin de semana se trasladó a la capital almeriense para presentar una novela que aborda el duelo perinatal y la maternidad atravesada por el tiempo. Su visita se impregnó de un significado especial al incluir un recorrido por el cementerio, donde se encuentra el monumento a los niños nacidos muertos.  

Un libro con algo de verdad

La autora aborda con gran sensibilidad y crudeza una experiencia que, como ocurrió y ocurre con muchas mujeres, llamó a su puerta sin ser invitada. La narración, que comienza en tercera persona como un punto de vista más alejado, se va tornando desgarradora, cálida y auténtica conforme Adriana, la protagonista, conoce su aborto. A partir de la recepción de la triste noticia, la primera persona lo inunda todo.

A lo largo de sus 212 páginas la sensibilidad, el cuidado y la visión con la que la autora traslada la pérdida revelan en susurros un secreto que dejó de serlo desde el momento en que Medina decidió que ya era hora de romper el tabú: su experiencia personal como madre que ha perdido a un hijo, su dolor y sus reflexiones acerca de lo que significa ser mujer no dejan de estar presentes en una novela que, si bien contiene parte de verdad, está catalogada como ficción.

Más allá de la pérdida, la historia explora cómo la maternidad ha estado marcada por imposiciones sociales a lo largo de generaciones. "Hay mujeres que tuvieron hijos porque era lo que tocaba, que aun no queriendo tuvieron que quedarse en casa", explica la autora. La novela recorre las vivencias de distintas mujeres de una misma familia, desde Eva, un entrañable personaje ya anciano que comienza su historia huyendo en La Desbandá, hasta su nieta Adriana, atrapada en un presente donde aún persisten muchas de esas presiones.  

Una conexión especial con Almería

La inclusión de Almería en la gira de presentación de la novela por España no fue casual. Cuando Medina investigó sobre la ciudad, encontró el monumento al duelo perinatal en el cementerio y sintió que su historia debía pasar por aquí. Tras el evento literario en la Librería Picasso el 22 de febrero, la malagueña visitó el lugar con su único hijo. “No sabía si ir porque temía que reabriera heridas, porque yo no tuve la oportunidad de despedirme de mi bebé en su momento y tampoco estoy acostumbrada a ir a cementerios. Pero todo lo contrario: fue un momento muy bonito y sanador”, confiesa.

La acogida en la librería también fue memorable. “Todas las personas que se acercaron fueron mujeres, muchas habían tenido experiencias similares, otras se encontraban en ese momento de decidir si querían ser madres”, recuerda. Entre ellas, la abordó incluso una matrona con la que intercambió conocimientos sobre el duelo perinatal.  

"Los abortos siguen siendo algo muy común"

Uno de los mayores logros del libro es que consigue poner un foco de luz sobre un tema del que rara vez se habla: “Vivimos en una sociedad que oculta la muerte. Los cementerios se alejan de las ciudades, el duelo se esconde, el aborto todavía más”, reflexiona: "Al final se trata de un bebé que nadie ha visto, solo la madre lo ha sentido".

La escritora rememora una escena que le tocó vivir a raíz de la publicación del libro y que solo es un ejemplo más del alcance del mencionado tabú: "Una tía mía me confesó que había tenido hasta trece abortos. Yo no tenía ni idea, nunca nadie me lo comentó", lamenta. 

La novela, que está disponible tanto en Librería Picasso como en otras grandes superficies de venta literaria así como en Amazon, estará presente también junto a su autora en la Feria del Libro de Abril. Allí, todos aquellos que gusten podrán conocer a la escritora, quien invita a todos los almerienses a echarle un vistazo a la novela: “No es un libro dramático, es un libro de amor. Amor por la hija perdida, pero también por lo que queda”, concluye.