“Por ser de Almería he tenido que demostrar más que el resto”
El almeriense Julio Ruiz, becado en París, abre el ciclo Trasladanza este viernes 7 en el Apolo

Julio Ruiz, en el espectáculo Tocar a Un Hombre. Foto: Judith Naess.
“Es el paso más atrevido que he dado en mi carrera. Me he alejado mucho de donde vengo, pero es lo que me apetece ahora”. El bailaor Julio Ruiz (Roquetas de Mar, 1993) presenta este viernes 7 de febrero a las 20:30 horas en el Apolo ‘Tocar a un hombre’, un espectáculo “íntimo” con elementos de flamenco, danza, ‘performance’ y escritura que, además, abre una nueva propuesta cultural en la ciudad: el ciclo Trasladanza, que promovido por Butaka 13 Producciones y apoyado por el Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento ofrece hasta mayo cuatro propuestas con acento almeriense.
Sobre el escenario, solo estarán Ruiz y Javier de la Asunción, bailarín de danza contemporánea. Cincuenta minutos de silencio —roto por el texto recitado y el sonido de un trombón— y diez de música. También un puñado de preguntas. “El público se va a encontrar a dos tíos reflexionando todo el rato sobre qué significa tocar a un hombre; haciéndose preguntas e intentando hacerlas al público”, cuenta a LA VOZ desde París, donde se ha convertido en el primer bailaor del mundo en disfrutar de la beca para coreógrafos del Centro Nacional de la Danza y la Ciudad Internacional de las Artes.
‘Tocar a un hombre’, detalla Ruiz, nace, precisamente, de su primera experiencia con un hombre. “De cuando lo toqué y de cuando me tocó, de cómo reaccionó mi piel y de cómo reaccionan las pieles cuando nos tocan otros cuerpos”, dice sobre la propuesta con la que se presenta en un Apolo que está cerca de agotar entradas (12 euros, 15 euros en taquilla el viernes).
Sin etiquetas
El bailaor, subraya, no busca “abanderar ninguna etiqueta”, sino reflexionar sobre el ser humano y sobre “cómo nos educan, sobre todo a los hombres, desde que somos pequeños”. Y continúa: “¿Qué pasa con ese padre que no besa? ¿Ese tío que en vez de darte un abrazo te da una palmada en la espalda que te hace pedazos? ¿Y con ese amigo que no sabe decir te quiero? ¿Qué pasa con ese tipo de masculinidad? Eso es lo que me planteo, porque yo tampoco sé qué significa ser un hombre”, confiesa.
Preguntas que tampoco han encontrado certezas en el tiempo que lleva defendiendo una propuesta que se ha “asentado” en los festivales de flamenco “más importantes” de Europa. “No hay respuestas, al revés; te abre muchísimo más el imaginario: todo cabe en ser un hombre, en cómo tocar, que tiene que ver con querer, con el tacto que tenemos al afrontar las cosas. ¿Cómo es ser un hombre en este momento? Yo sé mis circunstancias: las de crecer en un pueblo de Almería en los años 90, algo muy diferente a los 80 o a otra época. Pero hay algo en la figura masculina que se va arrastrando a lo largo del tiempo”, sostiene Ruiz.
Vivir
Los tres almerienses que han llevado su flamenco al verano cultural de Londres
Evaristo Martínez
Desde su estreno en mayo de 2023, ‘Tocar a un hombre’ le ha dado a su creador un “bofetón en la cara” que se ha llevado por delante muchos prejuicios. “Por ejemplo, cómo he juzgado a los adolescentes o la gente mayor cuando hemos ido a pueblos de Andalucía y yo pensaba que, al ser un espectáculo gratuito, solo iban a venir alguna señoras”, asegura. Sin embargo, se ha encontrado con “hombres de 70 años completamente emocionados” o con mujeres mayores que “entran al trapo” de la propuesta. “Hicimos un vídeo en TikTok que se volvió viral y hemos visitado colegios e institutos. Y allí hemos preguntado qué creen los estudiantes que es tocar a un hombre y no ha habido prejuicios ni situaciones incómodas”, asegura.
"He sentido cierto racismo y he tenido que demostrar más que el resto por venir de donde vengo"
Algo que, sin embargo, sí se ha encontrado en algunos adultos, en ciertos ayuntamientos, ante unos cuantos programadores, con gente del mundo del espectáculo. Ideas preconcebidas como las que ha tenido que derribar por ser un almeriense en el mundo de la danza. “He sentido cierto racismo y he tenido que demostrar más que el resto por venir de donde vengo. Del mismo modo que es complicado llegar a Almería, a muchos les cuesta entender que en esta ciudad hay danza y un talento increíble. Lo veremos en este ciclo: ojalá dure como mínimo cincuenta años”, concluye.