Concha Robles, el precio de la libertad
El investigador y miembro del IEA recuerda a la actriz, cuya figura recupera un documental

Cartel del documental y David Miralles, director del largometraje, entrevistando a Irene Gálvez en el Círculo.
Hoy se cumplen 103 años desde aquel fatídico 21 de enero de 1922, en el que la actriz almeriense Concha Robles murió en el escenario del Teatro Cervantes de Almería mientras interpretaba ‘Santa Isabel de Ceres’ tras recibir los disparos del arma de su exmarido, el comandante Carlos Berdugo. En aquella noche de terror y muerte, también falleció Manuel Aguilar, un adolescente que se encontraba en un lateral del escenario y que el destino interpuso entre los disparos que acabaron con la vida de Concha.
103 años han hecho falta para que este año, por fin, se estrene un documental acerca de su vida y muerte. ‘Concha Robles, el precio de la libertad’ es el resultado de una ardua y compleja labor de investigación en la que llevo inmerso desde hace más de quince años.
Contar la historia de Concha no ha sido fácil. Archivos, prensa histórica, registros, juzgados, prensa extranjera. A día de hoy, y tras haber dado personalmente algunas charlas contando la vida de Concha, me sigue sorprendiendo que la mayoría de los almerienses no conocen nada de la importancia de su figura en el mundo cultural de los años 20, y hay quienes se refieren a ella como “el fantasma del Cervantes”.
Buscar información de lo ocurrido, más allá de lo que publicaba la prensa, ha sido harto complicado. Desde el mismo día de su asesinato, el nombre de Concha Robles fue borrado, deliberadamente, de la historia. No fue difícil para el asesino, un militar condecorado, contar con sus amistades más influyentes para eliminar cualquier rastro de su terrible crimen.
Finalmente, el círculo se ha cerrado, y hoy sabemos prácticamente lo que ocurrió aquella noche, no solo por la prensa, también por testimonios escritos, como el de aquel gobernador de Almería, César de Medina Bocos, que escribió de puño y letra lo acontecido, al encontrarse aquella noche en el escenario y ser el primero que acudió a levantar el cuerpo de Concha para trasladarlo a un diván sobre el mismo escenario.
Es por esto que el documental, dirigido magistralmente por mi gran amigo David Miralles con la productora Un nuevo renacer muestra con total rigurosidad la vida y muerte de Concha Robles, la de Manuel Aguilar, y la del asesino de ambos, Carlos Berdugo. El objetivo de este documental es poner en valor la figura de Concha, y hacerla renacer de la oscuridad en la que lleva presa durante todos estos años.
Hemos tenido la suerte de contar con cuatro de las sobrinas nietas de Concha: Teresa Robles, Susana Robles, Carmen Robles y Ana Robles. Sorprendentemente ellas mismas no conocían tantos datos de su tía abuela como lo que sabemos actualmente, ya que también en su familia se ocultó todo lo sucedido.
El equipo
El documental cuenta con los testimonios de Carmen Ravassa, Mabel Lozano, Antonio Sevillano, Irene Gálvez, Vicenta Fernández, Anabel Veloso, María Esparza, Mar Galera, Paola Laynez, Teresa, Ana, Susana y Carmen Robles, Leonardo Giménez, David Miralles, Ignacio Mañas, Antonio Casado, Guillermo Chavarría, Curro Verdegay y un servidor.
En las recreaciones escénicas, Cris de la Osa, como Concha Robles, y Juan Sánchez, como Carlos Berdugo, entre otros muchos figurantes.
La grabación se ha realizado durante este 2024, en el Cervantes, Círculo Mercantil y Cementerio de Almería, entre otros lugares. Las recreaciones fueron dirigidas y grabadas por el gran Freddy Novillo, cuyo sueño era hacer un musical acerca de Concha Robles, en colaboración con David Miralles, pero que, lamentablemente no vio su sueño realizado, ya que falleció apenas unos meses tras comenzar el rodaje del musical.
Este documental va especialmente dedicado a ti, Freddy, y a ti, Manuel Aguilar, y todas y cada una de las víctimas que, como Concha, fueron vil y cobardemente silenciadas para siempre por aquellos asesinos miserables que decían amarlas.
Concha Robles, que nadie olvide tu nombre.
Manuel Artero es investigador y miembro del departamento de Geografía y Ordenación del Territorio del IEA.