Miguel Poveda hace que todo parezca fácil. Su genio es tan natural, tan ajeno a artificios y poses, que da la sensación de que no cabría hacer los cantes de otra manera ni que los temas míticos de la copla tuviesen otro modo de ser interpretados. Esa naturalidad de Poveda se parece tanto a la de un clásico que puede que esté haciendo historia, cuando su carrera aún está lejos de alcanzar el cenit.

Así lo demostró una vez más sobre el escenario del Auditorio de Roquetas, abarrotado de un público en el que coincidían puristas flamencos, aficionados a la tonadilla y admiradores del talento musical sin etiquetas.
Poveda ha elegido Roquetas para arrancar su gira 2013 y eso ha permitido apreciar de manera un tanto especial la dimensión humana del artista.

Rodeado de excelentes músicos, con el gran pianista Albert Amargós a la cabeza, el cantaor barcelonés se dejó llevar por las geografías del cante y por los espacios más sentidos del alma española transfigurada en la copla. Músicos de la talla del guitarrista  Jesús Guerrero y de Francisco González,de sutil percusión sumada al compás preciso y enraizado de Carlos Grilo y Luis Cantarote consiguieron dar cuenta de hasta donde llega el disco ‘ArteSano’, producción discográfica de la presente gira de Poveda. 

El disco parece tender a la perfecta sintonía entre cante y copla que está siendo una de las aportaciones más importantes de este cantaor. No es el primero que se ha adentrado en este campo, pero, seguramente su trabajo está entre los más valiosos.

Poveda se arrancó por soleá apolá y siguió con una malagueña entremezclada de abandolaos combinando el compás y la impronta de ambos palos de manera magistral.  luego se marchó a Cádiz con unas cantiñas unidas a una bulería de Cádiz, pasando después a una sensacional seguiriya. Siguió por tientos-tangos y una bulería que ya es historia: ‘Todos es de color’, de Lole y Manuel. Entonces, Amargós cambió el tercio con una especie de obertura que vale para toda la historia de la  copla y llegó el momento de las sensaciones más cercanas.

Cercanía

Poveda dedicó ‘Coplas del querer’ a Eduardo, un almeriense que se encontraba en el Auditorio y que sufrió un accidente cuando viajaba hace dos años a su concierto, sufriendo un coma.

Más adelante, Poveda invitó a compartir las tablas con él al cantante almeriense David Santiago y no tuvo inconveniente después en dar una patadita.  Trató de cerrar el espectáculo con una magnífica versión de ‘La leyenda del tiempo, pero no le dejaron: tuvo que seguir cantando hasta las tres horas de concierto.