Still summer, ‘Just Women’
Un viaje jalonado por mujeres guerreras que hicieron de su arte su bandera para cambiar el mundo

Sara Soul y Carlos López en La Guajira, a los pies de la Alcazaba, el jueves
Subimos a la cubierta donde tienen lugar los encuentros de verano y que nos sitúa en el marco más hermoso de nuestra ciudad: el cielo y la Alcazaba. Demandamos esa cerveza fresquita que forma parte del encanto de trepar hasta la casa del árbol. Huele a hierbas.
Poco a poco se llega al aforo completo.
‘Just Women’. Y se nos presenta el concierto como parte de la celebración del quinto aniversario de esta idea cultural que va tomando poso. Hoy hemos venido a disfrutar de Just Women, donde la cantante Sara Soul y el guitarrista Carlos López traen un ramillete de las voces femeninas más emblemáticas de los últimos ciento veinte años.
Sara hace gala de su simpatía natural. Comienza nuestro viaje jalonado por mujeres valientes y guerreras que hicieron de su arte su bandera para cambiar el mundo para todas, nadando a contracorriente.
Primera parada. Tenessee, Bessie Smith (1894-1937). Conocida como la Emperatriz del blues, fue la más popular de los años 20 y 30. Sara nos deleita con las letras de la diva, arropada por la magnífica guitarra de Carlos, que sabe armonizar con los giros improvisados y que convierten cada interpretación única: When is rain...
Segunda parada. París, Édith Piaf (1915-1963). Una de las cantantes francesas más célebres del siglo XX, que con canciones de amor y desamor nos transporta a aquella cara de Pierrot que se convirtió en su seña de identidad, mientras permanecía atornillada a los escenarios. La vie en rose es el tema elegido para este repertorio, con una versión dulcificada.
Tercera parada. Virginia, Ella Fitzgerald (1917- 1996). Lady Ella, la Reina del jazz estadounidense, cuenta con un repertorio amplísimo. All of me es el tema elegido, adornado con la seda de las cuerdas de Carlos, entre una letra llena de esperanza, que nos recuerda el meollo de la vida; nos transporta al valor de estos clásicos más allá de sí mismos, nacidos en circunstancias históricas de las vidas de estas mujeres, muchas de ellas compositoras e instrumentistas, que nunca transitaron por sendas fáciles a pesar de sus éxitos.
Cuarta parada. Carolina del Norte, Nina Simone (1933-2003). Cantante, compositora y pianista estadounidense de jazz, blues, rhythm and blues y soul. Cuando se pronuncia su nombre, su voz sin aliento sobrevuela la Alcazaba mientras su piano se puede escuchar a lo lejos. Porque ella no tiene nada, pero se tiene a sí misma. I Ain’t no shoes...
Quinta parada. Gales, Shirley Bassey (1937). Banda sonora de las películas de James Bond. Sara nos habla de los inventos de Carlos a la guitarra para llegar a esta versión de Light my fire.
Sexta parada. Los Ángeles, Etta James (1938-2012). Volvemos a imaginar la rasgada y sensual voz que siempre tiene la capacidad de calentar el ambiente cuando comienzan las arrastradas sílabas de I just want to make love to you. El solo de guitarra provoca el aplauso espontáneo del público.
Las campanas de las diez y media del Ayuntamiento nos sitúan al filo del receso.
Séptima parada. El vaquero López. La segunda parte del concierto abre con un country triste de factura propia, ejecutada por un vaquero con sabor a López, mientras acaricia su guitarra acústica, y que parece susurrar a las viejas piedras del castillo.
Octava parada. De Melilla a la luna. Después, una amiga de Sara llegada desde Melilla, Naima, saldrá al escenario a dar el contrapunto en este periplo femenino, con otra voz llena de swing, para llevarnos volando hasta la luna: Fly me to the moon, in others words...
Novena parada. Gerona, Silvia Pérez Cruz (1983). Recalamos en el único tema de la noche en español, con una versión procedente de una joven catalana que Sara nos descubre por su gran talento y profundos proyectos musicales, y que sabe llegar al corazón. Es de Pablo Milanés: Debí llorar.
Décima parada. Nueva Jersey, Melody Gardot (1985). Con diecinueve años tuvo un accidente muy grave. Entonces su médico le aconsejó que ejercitara la actividad mental mediante la música, convirtiéndola en una de esas estrellas a las que ella canta. If the stars were mine, I’ll give to you.
Las campanas de las once y cuarto nos sitúan al final de este recorrido en femenino que Sara recuerda que es para todos, hombres y mujeres. Entonces pienso que siempre solemos caer casi en la disculpa cuando queremos homenajear a las mujeres desde cualquier faceta; que nadie se moleste o se dé por excluido en este mundo donde estamos permanentemente ninguneadas sin pudor. Así somos de educadas.
Los intérpretes, Carlos López y Sara Soul, se sorprenden ante la demanda de un bis, y vuelven a París de la mano de la Piaf, con muy buen criterio. Para mí la mejor de las versiones de este repertorio Just Women.
Porque la música ensancha el alma, es la despedida de Sara, con su acento puro almeriense. Y difumina fronteras y quizá sea la única vía para entendernos dentro del patatal que parece la Humanidad en estos días llenos de huracanes, añado yo.
Última parada. Filadelfia, Billie Holiday (1915-1959). Summertime es un buen broche para irnos felices a dormir colina abajo, después de saltar al perro guardián de La Guajira, que luce ahora tumbado al final de la escalera. Pronto dejará su cama de verano, cuando se traslade el espectáculo al interior, en un otoño, seguro que muy caliente.