El Almería aprende del pasado y apunta al liderato
La ambición lleva a la gloria y no vale dejarlo todo para la recta final de LaLiga

La pasada Navidad la celebraba el Almería como campeón de invierno.
Una vez conquistada plaza de ascenso en LaLiga de Segunda División lo que toca es ser ambiciosos y no parar. A esa velocidad de crucero que lleva el equipo nada se le resiste y toca poner el punto de mira en el Racing de Santander y, pillarlo, para luego superarlo. Un Almería ambicioso que no lo deje todo para el final llevará al éxito. El precedente es malo para los rojiblancos que fueron los campeones de invierno la pasada temporada y se le hizo larga la competición, especialmente fuera de casa donde tiró a la basura la renta de puntos ganada en la primera vuelta.
Hay que poner el foco en el Racing de Santander que ahora es el equipo a batir y el único mejor que el Almería a tenor de los puntos y la clasificación. Defender la plaza de ascenso es de obligado cumplimiento y el mensaje del entrenador para sus jugadores debe ser rotundo: campeones. Evitar la relajación y no dejarlo para luego. En Segunda las rachas llegan cuando menos te lo esperas y el Almería lo ha vivido en sus carnes. Sabe lo que es perder un ascenso por dejarlo todo a la lotería del Play Off. No se puede repetir y cada jornada hay tres puntos que te acercan a la Primera. Nadie sube en noviembre a Primera: toca jugar como si no hubiera un mañana.
Toca aprender la lección
- El Almería fue campeón de invierno y se desinfló en la segunda vuelta
- El Racing de Santander es el equipo a batir en la lucha por el liderato
- Rubi debe exigir ambición y no dejarlo todo para el final
- Ser líder obliga pero también da respeto y confianza al grupo
- La pasada temporada dejó claro que no se puede confiar en la renta
Con el punto de mira bien alto
El Almería debe ser ambicioso porque la inercia ganadora le da para ir más lejos. Se ha conseguido la segunda plaza y solo queda el liderato y jugar para ser campeón. Siempre el primero es el equipo a batir y el Almería de Rubi sabe cargar con la cruz del favorito y lo lleva bien. Mirar a la cara al líder es de obligado cumplimiento porque en el pulso del Mediterráneo quedaba claro que ganó el Racing, en un partido condicionado por la expulsión de Dion Lopy. Se van a perder partidos (pocos) porque la Segunda es una categoría muy exigente y la clave del éxito va a estar en la ambición del equipo para no fallar. Con el punto de mira en el ahora líder todo será más fácil.

El Almería contaba los días para el ascenso y luego se desinfló.
El liderato siempre sienta bien
Dicen los entrenadores que cuando uno va primero todos le quieren ganar. Es un bonito reto para el que viene detrás, pero ser los mejores da alas y es un respeto para los contrarios. Se juega mejor mirando para abajo que haciendo cuentas por salir del descenso. La presión existe en cada partido y la de defender un liderato sienta bien a los equipos. Hay dos plazas que llevan a la gloria y las verdaderas cuentas deben ir con el tercero de la clasificación. Sacar ventaja al primero del Play Off debe de ser la norma desde la condición de jugar para ser el campeón de Segunda División.

Los partidos no se ganan sin bajar del avión y toca mono de faena.
Con la lección aprendida
El Almería no tiene que buscar ejemplos fuera de casa. Para no fallar en el segundo intento de ascenso nada mejor que repasar la lección de la pasada temporada cuando el equipo estuvo 14 jornadas sin perder y brindaba la Navidad como campeón de invierno. Se decía que para Semana Santa ya estaría el autobús descapotable en el Mediterráneo y se la pegó con una segunda vuelta de pena incapaz de cortar la sangría fuera de casa. Algo pasó que deben conocer los hombres del staff de Rubi y nada mejor que aprenderse la lección y que no se vuelva a repetir: toca aprobar. La ambición lleva a la gloria y debe aprovechar el Almería su inercia ganadora para almacenar esos puntos que permitan un desliz llegado el caso.