Fue el Real Zaragoza el que puso en práctica la norma de despedir en un pack al entrenador y al que lo fichó. Juan Carlos Cordero veía entrar el puñal en su despacho y ponía punto y final a una etapa que no fue fácil a orillas del Ebro. Los clubes no aguantan una mala racha y los entrenadores van a la calle a las primeras de cambio y el que los ficha empieza a correr peligro. Antes nadie pisaba un despacho de director deportivo cuando los marcadores no se daban, y a día de hoy se ponen en el foco y tras el despido del entrenador los dirigentes van a por el que lo firma. Pasaba en La Premier donde los clubes son empresas.

Todo lo que rodea al fútbol es contagioso y se imitan unos a otros. Cordero ha sido de los primeros en caer abriendo una nueva vía de agua en la dirección deportiva que pasa a ser una profesión de riesgo. Hoy asistimos al despido del director deportivo del Real Murcia, Asier Goiria, al que no le ha valido su enorme trayectoria con el Amorebieta ni la disputa de un Play Off con el club grana. Se lo ha llevado por delante un mal inicio de temporada; tras despedir a un entrenador de caché como Joseba Etxeberría, le ha tocado a él pasar a la lista del paro.

Esto no para y dos maestros de la dirección deportiva viven horas de angustia con sus equipos en la cola y buscan soluciones que solo tienen en sus manos esos jugadores por los que apostaron. Alfredo Merino y Txema Indias son dos directores en apuros con Mirandés y Zaragoza sumergidos en el pozo de la clasificación.

Alfredo Merino ha dado la talla

El actual director deportivo del Mirandés llegaba en 2023 a una entidad donde cada año salvar la categoría es ganar un título. Apostó por un joven entrenador poco conocido domo Alesio Lisci que ahora entrena en Primera División tras salvarse por los pelos la primera temporada y poner a las puertas del cielo en la segunda al equipo Jabato. Alfredo Merino goza de la confianza de su presidente, Alfredo de Miguel, y nada indica que vaya a ser cesado, pero los precedentes en LaLiga no son buenos y el fútbol vive de los resultados. Merino está atado por contrato hasta 2027 y no le va a faltar trabajo por su enorme capacidad.

Txema Indias confía en sus fichajes

Detrás del Mirandés solo queda un Real Zaragoza que esta temporada apostaba por alejarse de la cola gracias a una remodelación de la plantilla y manteniendo la confianza en el entrenador que los salvaba del abismo. Firmó a Txema Indias como un seguro de vida ya que el que fuera director del Leganés tras diez temporadas como Pepinero, lograba dos ascensos y la mejor clasificación de la historia en Primera. Nada que demostrar: una apuesta segura. Antes, estuvo en el Toledo y Roquetas. Con una experiencia contrastada y unos fichajes en tiempo récord, le daba a Gabi una plantilla a todas luces de garantías que no ha logrado despegar. Los marcadores son los que mandan y lo tiene claro Txema Indias que sigue apostando por su plantilla. Le queda el mercado de invierno para rescatar a uno de los grandes.

Asier Goiria estaba en la diana

El último director deportivo en ser despedido no es cualquiera para el mundo del balón, ya que ha estado 7 temporadas dando gloria al Amorebieta con dos ascensos a LaLiga. Tras el descenso en 2024 firmaba por un club con pasado en la Primera División que buscaba el regreso al fútbol profesional, y se puso manos a la obra firmando al almeriense Fran Fernández que le daba un Play Off de ascenso pero caía eliminado ante el Nástic de Tarragona. Para no fallar en el segundo intento apostó por un entrenador contrastado como Joseba Etxeberría y no se dieron los resultados. El Real Murcia despedía al entrenador y a renglón seguido a un Asier Goiria que se había ilusionado con la meta de uno de los grandes de España y no la pudo cruzar.

El puñal ha entrado en los despachos

Hay que estar ojo avizor cuando es despedido un entrenador porque se empieza a producir una reacción en cadena que se lleva por delante a aquel que lo firma. Con Juan Carlos Cordero se abría un ‘melón’ en el mundo del fútbol que viene copiado de La Premier, donde hace años que el nivel de exigencia de los clubes-empresa se lleva por delante primero al entrenador y luego al director deportivo. Los equipos son sociedades anónimas en su mayoría y rinden cuentas cada año y cada jornada. Le tocaba a Juan Carlos Cordero ser el primero en salir de la mano de su entrenador, Miguel Ángel Ramírez, abriendo peligrosamente la puerta de los despachos para que se cuele ese puñal que mata el trabajo y la ilusión de grandes profesionales en manos de los marcadores.