La Voz de Almeria

UD Almería

Temporal en el Almería

Ocho jornadas sin ganar, los jugadores se muestran apáticos y la afición ya empieza a temerse lo peor

Los jugadores tienen que dar un paso adelante y revertir una crisis peligrosa en el tramo final de temporada.

Los jugadores tienen que dar un paso adelante y revertir una crisis peligrosa en el tramo final de temporada.Juan Sánchez

Carlos Miralles
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Cuando el Almería debe recurrir a tantos milagros es que está haciendo muchas cosas mal. Ahora no toca elogiar ni mirar al pasado con aquella racha de catorce jornadas que llevó a la plantilla de posiciones de descenso al liderato de Segunda. Eso que muy lejos, mientras que presente y futuro activan las alarmas rojiblancas, ya que la afición empieza a verle las orejas al lobo y el ascenso puede convertirse en una quimera tanto por puntos como por sensaciones.

Caída libre

Es lógico reflejar que en Gijón y frente al Málaga el Almería mereció bastante más, pero fue víctima de sus propios errores. La pelota de la crisis de marcadores fue creciendo y en Ipurúa saltó la alerta roja. Un equipo que quiere subir por la vía directa se mostró apagado, apático, sin posicionamiento en el campo ni capacidad de reacción; solo balonazos con poco sentido y a esperar el golpe de inspiración de los de arriba. Decía Rubi que este tipo de partidos por las características del rival no se le suelen dar bien, pero hay formas de perder.

Sin brillo

El Almería cuenta con un plantel plagado de estrellas que vienen de Primera, aunque en el instante que pierden el brillo y dejan de competir como bloque se comportan como un equipo vulgar, uno más de la categoría. O Rubi no consigue que el mensaje llegue al deportista o es el propio jugador el que no alcanza el punto de motivación y convicción que requiere la situación. Ocho partidos a cuestas sin victorias y en Eibar vuelven a regalar un gol al inicio.

Peligro

Explicaba Rubi que el Almería acabaría “muy bien la temporada”, y quizá no se equivoque. El problema es cómo llegará a esas últimas jornadas porque el déficit es enorme y lo de Ipurúa no invita al optimismo. El temor a que la imagen del viernes sea irrecuperable ronda entre los aficionados. El técnico primero tuvo que lidiar con un vestuario dividido, los resultados respaldaron su trabajo y ahora con una crisis tremenda está en manos del grupo. Más que nunca los rojiblancos dependen de los futbolistas. Rubi puede poner todo su empeño y horas de sala de vídeo y campo que si el profesional mira hacia otro lado no hay nada que hacer. No sorprendió el 1-0 de Eibar, porque puede ocurrir, sino la forma. Sin ideas, sin fútbol y sin carácter.

Desconexión

Vayan más o menos al Mediterráneo, los aficionados también son jueces, como los marcadores. Otro de los peligros que acechan al Almería es que la grada pierda la ilusión y se desconecte de su equipo.

Verse cada vez más lejos del ascenso directo y con imágenes como la de Ipurúa despiertan ese sentimiento de enfado e indiferencia que parecía perdido. El suspenso general sin paliativos y acumular solo 5 pintos de 24 provocan que el próximo sábado contra el Real Zaragoza todo el grupo deba pasar el examen de la afición.

Solución

Con el nivel de Ipurúa no hay derecho a soñar ni con el Play Off. Igual lo mejor es olvidarse de utopías, pensar solo en cómo se le puede ganar al Zaragoza y a partir de ahí ver si el fútbol te da otra oportunidad. Mientras los seis primeros clasificados enseñan cierta regularidad en la Liga, el Almería se sigue hundiendo.

Que la ciudad vuelva a creer con el ascenso depende de los jugadores. Así no. Se exige una reacción inmediata a todos los niveles.

tracking