El Almería viene de perder sus dos últimos partidos lo que le coloca, una vez más, al borde del descenso y le confirma como uno de los más firmes candidatos a perder la categoría. Duele tener que reconocerlo, pero la realidad no tiene nada más que un camino y la fidelidad que debo tener con los lectores me obliga a no distorsionar la situación de extrema gravedad en la que está inmerso el equipo almeriense.

Desde hace muchas semanas vengo denunciando la incapacidad de los técnicos del primer equipo y del filial para reconducir la situación de sus escuadras.

Se veía venir que el Almería B, el equipo con más presupuesto de Tercera, no iba a jugar la fase de ascenso. El domingo se confirmó y el filial seguirá en Tercera.

Todo apunta a que será cuestión de tiempo que el desastre alcance al buque insignia de la entidad, ojalá no sea así.

Lo que no acabo de entender es porque Mohamed El Assy no ha tomado cartas en el asunto y ha buscado la reacción con sendos cambios de inquilinos en los dos banquillos.

El escudo de Rubi para justificar sus dos últimas derrotas ha sido el supuesto potencial de los contrarios, yo sin embargo pienso que la verdadera causa de ambos fracasos ha sido la falta de competitividad del equipo. Se trata de los palos de ciego propios de un técnico que ha perdido el norte hace mucho tiempo y que justifica su continuidad con estos poco creíbles argumentos.

Análisis

Me decía en la mañana del lunes un aficionado en la plaza del Mercado de Almería que “el Almería tiene un plantel con la suficiente calidad y competencia para dar mucho más de lo que ofrece, lo que no hay es equipo”. Me ha parecido un diagnóstico acertado para un conjunto blando, mal colocado, sin automatismos, con algunos jugadores en una estado físico lamentable que no creen en lo que el técnico trata de transmitirles.

El fútbol está siendo generoso con el Almería y esta tarde le ofrece una gran oportunidad para regresar con mucha vida a la Liga.

Por un lado, es una ocasión de dar un golpe sobre la mesa en pos de la salvación. Por otro, tiene que hacer lo que aún no ha conseguido, que es sumar tres puntos lejos del Mediterráneo. Algo más: Rubi acumula 22 partidos consecutivos en Primera, ocho con el Betis y 14 con el Almería, sin ganar en sus desplazamientos.

Datos

Con 30 puntos en su cuenta y el golaverage particular mejor que el Valencia el conjunto almeriense depende de sí mismo para cumplir el objetivo de la permanencia. Está en una situación aceptable en la tabla, el problema está en las malas sensaciones que transmiten los de Rubi.

Puntuar o poner en peligro extremo la estancia en Primera División. Esas dos las dos posibilidades en función del marcador de esta tarde en Getafe. La hora de la verdad ya está aquí.

Lo ideal sería ganar, un reto que aún no se ha conseguido y que con Rubi parece inalcanzable, pero en el fútbol como en la vida existen los milagros y en ellos confiamos los indálicos para no salir derrotados del feudo getafeño. Un empate sería asumible.

Jornada 31

Para este partido Rubi pierde al central Rodrigo Ely, sancionado. Recupera a Ramazani y nos mantiene con la duda de saber si Akieme estará o no disponible. Están apercibidos de sanción Samú, Babic, Arnau y Luis Suárez.

Por su parte, el Getafe con un punto más en la tabla, pero habiendo perdido en Almería, presentará su once de gala. El dibujo de Quique será un 5-3-2, en el que los laterales y los atacantes Munir y Enes Unai son sus estiletes ofensivos. Milla es el líder de la sala de máquinas.

El partido contará con la dirección de uno de los mejores árbitros del fútbol patrio, Alberola Rojas, que es digno de toda confianza. Pitará por primera vez al Almería fuera de casa, pero en el Mediterráneo arbitró frente a la Real Sociedad y Betis con sendas derrotas almerienses, pero con actuaciones modélicas de Alberola. Iglesias Villanueva estará en la sala VAR.