La barriada del Zapillo, junto a Pescadería y el Barrio Alto han sido y son una autentica cantera de futbolistas, que con desigual fortuna han paseado su nombre y su cuna de nacimiento por numerosos campos de futbol españoles. Uno de estos jugadores ha sido Francisco Montero Ramos, que vino al mundo en el Zapillo el 19 de abril de 1945 hace hoy setenta y siete años.

Tras los primeros pasos dándole patadas al balón por el patio del colegio, al llegar a la edad juvenil, Matías Perez-uno de los grandes del futbol modesto de Almería- a la sazón entonces presidente del Hispania FJ se fija en el menudo y escurridizo chaval y de inmediato lo ficha.  Paco Montero, cree en sus cualidades y como aquí en Almería no ve rentabilidad a sus aspiraciones emigra a tierras catalanas, concretamente a Vic donde conservaba buena parte de la familia. En esta localidad se enrola en los juveniles y pronto lo incorporan al primer equipo.

Su posición en el campo, su técnica y su combatividad llama la atención de los clubes grandes tales como el Barcelona y el Real Madrid. El conjunto merengue se hace con sus servicios y recala en la capital de España. Hace un prueba- a la que asiste su entrañable presidente Matías Perez-y juega un encuentro entre el Rayo Vallecano y una selección de Castilla. No lo haría tan mal, cuando se queda en el club otros tres meses más entrenando a diario en la ciudad deportiva del Real Madrid.

El Real Madrid

Le ofrece un contrato por cinco temporadas y lo firma. Corría el año 1963. Juega poco y el futbolista le pide al club su cesión a su equipo de procedencia el Vic. Ya con los catalanes en un partido de la Copa de Cataluña, en un forzado remate en el área del conjunto rival, el jugado cae al suelo con tan mala fortuna que se fractura el cúbito y el radio de su mano izquierda. Lo operan y necesita ocho meses de recuperación. El Real Madrid, una vez superada la lesión lo cede nuevamente al Rayo Vallecano, pero otra vez el infortunio se ceba con Montero y en un encontronazo con un rival se produce una fisura en el brazo perdiéndose sin jugar el resto de la temporada.  En 1965 se marcha a Barcelona a cumplir el servicio militar y juega en el Sanz algunos partidos. Posteriormente juega cedido en el Terrassa y terminan jugando la promoción de ascenso a segunda división perdiendo la eliminatoria con el Irún. Tras esta temporada el Madrid lo cede dos temporadas al Figueras, al final de las cuales termina su contrato con el Madrid. El Madrid le ofrece renovar, pero Montero no ve la situación clara y acaba firmando con el Tarragona por dos años, hecho del que aún se arrepiente hoy en día. Con el Nastic de Tarragona juega una promoción de ascenso a segunda, pero sin fortuna.

El regreso a casa

A los 27 años, recién casado, firma por la AD Almería por seis temporadas. Inicia la temporada 72/73 con la AD Almería recién ascendida a tercera división. En el Almería una lesión de rodilla, la famosa triada, le perjudica notablemente. En su última temporada con la AD Almería logra el ascenso a 2ªB, temporada 78/79. Con 33 años termina contrato con la AD Almería y le ofrecen una buena oferta de trabajo en Michelin, A partir de aquí juega en algún otro equipo como El Ejido compaginando su trabajo retirándose definitivamente del futbol profesional. Como apasionado del futbol que es se saca el carnet de entrenador y entrena a varios equipos, pero no le llenaba tanto como jugador y terminó dejándolo. Buen jugador y mucho mejor persona.