Salir de Málaga (José Gomes) para llegar a Malagón (Rubi)
Una temporada y dos entrenadores

Rubi en el banquillo.
Como ha sido norma a lo largo de toda la campaña toca hablar de la actuación del trencilla de turno.
En esta oportunidad tocaba ‘lidiar’ con el madrileño Ortiz Arias, un colegiado especialmente considerado por la cúpula del arbitraje hispano, pero que no cuenta al Almería entre sus equipos más ‘queridos’.
Partiendo de la base de que la eliminación del Play Off se cimentó en el desastroso primer cuarto de los 180 minutos de pelea contra el Girona, hay que poner de manifiesto que los designadores no han sido especialmente cuidadosas con el Almería sino todo lo contrario. Para jugar en Montilivi se designa a Muñiz Ruiz, un árbitro con 11 triunfos caseros y sólo 4 visitantes.
Para la vuelta a Ortiz Arias, que llegó con un palmarés de 7 triunfos locales y 9 visitantes. Además había pitado al Almería en cuatro ocasiones en la Liga regular con tres derrotas y un empate. Hizo lo que se esperaba barriendo a favor de los catalanes.
El capítulo arbitral se cierra de forma aciaga, siguiendo la pauta de toda la temporada liguera en Segunda. El curso llega a su final después de que el banquillo del cuadro almeriense haya tenido dos inquilinos.
La historia
La temporada la comenzó un José Gomes que venía de perder los dos partidos del playoff de la campaña precedente. A lo largo del curso el técnico portugués con un dibujo intocable de 4-2-3-1 fue incapaz de solventar los problemas defensivos del equipo porque su sistema fue innegociable. Después de ocho jornadas con caída en picado y la suma de sólo 7 puntos se contrata a Rubi.
La dirección deportiva debería de conocer que el esquema preferido del técnico catalán era el 4-1-4-1, un mínima variante del de su antecesor en el banquillo. Como éste tampoco se bajó del burro y se mantuvo en sus trece el Almería siguió siendo un equipo blando en defensa. Total que salimos de Málaga (Gomes) para caer en Malagón (Rubi), que sigue.