Si hubiese que hacer un video de demostración de lo que es y como es la Segunda División de España el del encuentro del sábado entre el Almería y el Huesca podría ser un ejemplo dificilmente superable. En el partido hubo de todo. Se abrió con un gran gol en estrategia.

El Huesca se vio incapaz de superar la frenética y ordenada presión de los locales que borraron del rectángulo de juego al potente equipo aragonés. La consecuencia del buen juego y dominio local fue una gran sucesión de ocasiones que hicieron de Álvaro, meta visitante, el héroe de su equipo. Intervino el VAR con eficacia para sancionar unas manos dentro del área y que Aguza no supo aprovechar, con la brillantez que lo había hecho ante el Albacete.

Pero en esta categoría no hay partido que no sea cosa de dos. Y tras el descanso cambió la decoración. Michel dio con la tecla retrasando a Eugeni para que ayudara a Mosquera en la salida de balón. Medicina de santo para que el campo se inclinara hacia el lado en el que estaba René. La presión local perdió eficacia, poco a poco el cansancio hizo mella en los locales y el miedo al empate se instaló en el bien poblado graderío.

Pero la eficacia, buena colocación y sentido de la anticipación de la retaguardia  evitaron que el control del balón oscense no se tradujese ni en ocasiones claras ni en disparos de extremo peligro sobre la meta almeriense. El Almería lanzó en seis ocasiones de esquina y en todas llevó peligro, lo que implica un buen trabajo de estrategia.

La nota menos notable para los almerienses es que por primera vez en lo que llevamos de campaña el partido se le hizo largo, como además perdió a Iván Martos, acabó con tres centrales y con Gaspar de lateral diestro. Funcionó.