El pasado 5 de mayo, se abrió el plazo para que todos los médicos que habían superado el MIR eligieran especialidad y el centro en el que seguirán formándose durante los próximos cuatro o cinco años. Para la provincia almeriense se asignaron un total de 97 plazas entre todas las especialidades, y si bien, muchas de las vacantes quedaron ocupadas casi de inmediato, en la especialidad de Medicina Familia y Comunitaria, un día antes de que cierre el plazo de adjudicación, quedan nueve plazas por cubrir: cuatro en el Distrito Almería, una en el Distrito de Poniente y cuatro en el Área de Gestión Sanitaria Norte. 

"Se quiere vender la idea de que no hay médicos y eso no es verdad", dice Marina Martín, del Sindicato Médico y médico de familia, y es que las plazas de la figura principal de la Atención Primaria no están tardando tanto en cubrirse precisamente por la falta de médicos, sino por las propias condiciones laborales del puesto. 

Además de ser una de las especialidades más desconocidas en la carrera universitaria, la Medicina Familiar acarrea otros hándicap que resultan problemáticos para los médicos del futuro. "Los MIR saben lo que pasa en las consultas de Atención Primaria donde el eje principal es el médico de familia. Pese a que la ratio por médico sea de 35 pacientes al día, al final acaban atendiéndose tres o cuatro más, hay una guardia de 24 horas obligatoria a la semana y una tarde extra. Además, las consultas están saturadas y hay una gran presión asistencial, y más en las guardias cuando se puede llegar a atender a cerca de 100 pacientes", explica la médico de familia. 

Una especialidad 'desvirtuada'

De hecho, tan poco atractivo resulta para los jóvenes médicos trabajar en Atención Primaria, que según Marina Martín en ocasiones se ha tenido que suplir la falta de un médico especialista por un médico sin especialización. "Es una obligación tener una especialización, no obstante, hay casos excepcionales en las que un un médico puede atender a los pacientes sin una especialidad porque prima el servicio al ciudadano", señala la médico, "En ese caso hay una línea muy fina entre lo correcto y lo incorrecto: dar servicio con un médico no formado o estar sin médico", añade.

Según la del sindicato, esta forma de proceder genera más de un problema: "Por un lado, se desvirtúan los cuatro años de especialidad que han hecho otros compañeros; y por el otro, el paciente no sabe quién le está atendiendo. Además, de este modo se rebaja la calidad asistencial en la Atención Primaria". 

Además, en ocasiones la cobertura de plazas de Médico de Familia llega a complicarse aún más, sobre todo en la provincia. "Las ciudades siempre atraen a más médicos porque ejercer en la provincia se vuelve más complicado: tienes que desplazarte de un consultorio a otro, lo cual lleva tiempo y dificulta la conciliación", explica Marina Martín. Por otro lado, la médico indica que una de las zonas más complicadas para cubrir las plazas vacantes como médico de familia es el Levante: "Está muy cerca de Murcia, donde las condiciones laborales son mejores que las del SAS". 

Medicina de familia, la especialidad más completa

Aún así, pese a los hándicap que presenta ejercer la Medicina Familiar y Comunitaria, Marina Martín destaca que esta es una de las especialidades más completas ya que, los médicos de familia conocen los protocolos hospitalarios de todas las demás especialidades. 

Además, el médico de familia puede hacer un seguimiento continuo a sus pacientes prácticamente a lo largo de toda su vida, lo que mejora la calidad de la asistencia sanitaria, hace el trato más humano y proporciona resultados mucho mejores en cuanto al cuidado del paciente. "Es cierto que esa continuidad nos permite llevar a cabo un mejor cuidado del paciente, aunque ahora se esté desvirtuando por el intento de reducir las listas de espera derivando a los pacientes con otros médicos si el suyo no les puede atender", destaca.