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El funcionario al que un preso le mordió en El Acebuche: "Necesitamos más medios"

Antonio Pérez, secretario provincial “Tu Abandono Me Puede Matar”

Antonio Pérez Martín, funcionario de prisiones

Antonio Pérez Martín, funcionario de prisionesLa Voz

Antonio Hermosa
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Antonio Pérez Martín, natural de Granada, lleva 18 años en Almería, donde desempeña su trabajo como funcionario de prisiones. En la actualidad, es el secretario provincial del sindicato de prisiones “Tú abandono Me Puede Matar”, mayoritario en el recinto penitenciario de Almería. 

Es el último protagonista de una agresión en la cárcel almeriense, un interno le propinó un mordisco en el muslo cuando se encontraba realizando su trabajo en el módulo 11 de la prisión del Acebuche. Tuvo que recibir asistencia médica, y tuvo que ser atendido por el servicio de prevención de Instituciones Penitenciarias para descartar el posible contagio de enfermedades infecto-contagiosas.

Ustedes llevan tiempo denunciando el incremento de las agresiones a los funcionarios del Centro Penitenciario del Acebuche. En Almería se han producido ocho en los dos últimos años. Ahora, ha sufrido usted directamente una de estas agresiones. Aunque saben el riesgo que corren ¿Es duro enfrentarse a una agresión padecida en propia carne?

Llevamos muchos años denunciando el aumento de las agresiones al personal penitenciario en los últimos años, más de 500 agresiones en 2024.

Todas las agresiones son duras porque hay detrás un compañero o compañera afectado, y sus familias también sufren con ellos.

Esta vez me tocó a mí, y sí, es duro, puesto que físicamente te acabas recuperando, pero psicológicamente cuesta más, y en mi caso, al ser un accidente de riesgo biológico, ( me mordió en muslo) habrá que seguir las pautas del protocolo al respecto. Toda agresión deja su huella en la persona afectada.

A su parecer ¿Cuáles son los motivos que están detrás de este aumento de agresiones?

En mi opinión habría más de un motivo. Hay internos con patologías mentales no tratadas. Una política penitenciaria excesivamente enfocada al "buenísimo" en prisiones; la falta de consideración de agentes de la autoridad; una mayor formación de los trabajadores; actualización de los medios coercitivos; y una necesidad, en el caso de Almería, de acomodar nuestra relación de puestos de trabajo a las necesidades y nuevas infraestructuras.

La ampliación de las instalaciones del centro, con un nuevo edificio, ¿Puede también influir en este incremento de la conflictividad en el centro?

Lo cierto, es que estamos en unas cifras de internos muy elevadas. Es necesario bajar los números a una cifra en torno a los 800 reclusos para que, así se pueda llevar a cabo una adecuada clasificación de los internos, lo cual redundaría, seguramente, en reducir la conflictividad. Es cierto que el aumento de internos con patologías mentales en prisiones es cada vez mayor. Aprovecho la ocasión para volver a reclamar a la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias que acometa, por fin, la dotación de personal para el centro de inserción social y que nos dote de una unidad canina que nos ayudaría en la prevención y detección  de sustancias tóxicas en el centro.

¿Qué soluciones hay que poner en marcha para intentar minimizar la violencia sobre los funcionarios de prisiones?

No hay una barita mágica. Hay que hacer, en mi opinión, varias cosas: modificación del Peafa (Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones), que es el protocolo de agresiones a trabajadores; incidir en una formación mas especializada; y aumentar las plantillas. Aquí en Almería tenemos una media de edad de más de 54 años.

Llevan años reivindicando que se reconozca a los funcionarios de prisiones como agentes de la autoridades. ¿Qué beneficios supondría para el personal de la cárcel almeriense y del resto de centro penitenciarios españoles darles esa consideración?

Ser reconocido agentes de la autoridad es cuestión de voluntad política. Llevamos años pidiéndolo, y ahí sigue en un cajón en el Congreso de los Diputados. Ser agentes de la autoridad implicaría mayores penas a los internos en casos de agresión, y que los compañeros agredidos puedan recibir indemnización por parte de la administración. Ser agentes de la autoridad no le cuesta dinero al gobierno, simplemente voluntad.

También defienden que sean considerados personal de riesgo. ¿El aumento de los gastos puede ser la razón por la cual no se ejecuta esta petición?

Declararlo profesión de riesgo es algo lógico. Mirar las agresiones que sufrimos, el número de compañer@s que fallecen antes de llegar a la edad de jubilación etc. Esto implicaría, por ejemplo, que tuviéramos coeficientes reductores y pudiéramos acceder antes a la jubilación, como es el caso de la policía local.

¿Mejorar la preparación de los trabajadores es importante para mejorar la relación con internos peligrosos o inadaptados?

Lógicamente. Mayor preparación y formación es vital. Policía, Guardia Civil, por citar otros cuerpo similares, tienen sus grupos especiales para operaciones complejas. Es por lo que aquí, en prisiones, esa posibilidad debería ser tenida en cuenta.

¿Ustedes se consideran un servicio público esencial para la sociedad?

Quiero aprovechar para daros las gracias y recordar a la sociedad que somos un servicio público esencial, que estamos integrados en la administración general del estado ,pero que poco tenemos en común y que sería necesario tener un estatuto propio para poder negociar nuestras peculiaridades al margen.

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