El estreno del magacín La familia de la tele, en la parrilla de La 1 de RTVE, no está pasando desapercibido, y no precisamente por razones positivas. A solo unos días de su debut, el formato ya ha generado un intenso debate tanto entre espectadores como entre figuras históricas del periodismo público. A las discretas cifras de audiencia, que han ido disminuyendo desde el primer programa, se suman ahora las críticas abiertas desde dentro de la propia Corporación.

El Consejo de Informativos de TVE, órgano que vela por la independencia y calidad del trabajo periodístico en la cadena pública, ha emitido este 9 de mayo un comunicado en el que manifiesta su preocupación por el impacto que el nuevo espacio podría tener sobre la credibilidad informativa de RTVE. El detonante ha sido la cobertura realizada por la reportera Marta Riesco desde Roma para seguir el anuncio del nuevo Papa León XIV, una decisión que ha sido considerada poco adecuada por parte del consejo.

En la misiva, se insta directamente a la presidencia de RTVE y al Consejo de Administración a tomar medidas para que el programa “no merme la credibilidad de los servicios informativos ni perjudique la imagen de marca de la Corporación”. La protesta interna se une a voces externas que tampoco han ocultado su malestar.

Periodistas como María Escario, con una extensa trayectoria en RTVE y ex Defensora del Espectador, han reaccionado en redes sociales al estreno del espacio, mostrando su inquietud de forma breve pero contundente. “¡Uf!”, escribió en un tuit publicado el día del estreno, al que siguió otro en el que compartía una columna de la escritora y también extrabajadora de RTVE Ángeles Caso, titulada “Que alguien se tome en serio a TVE”.

Caso ha sido especialmente crítica con los contenidos del programa y el perfil de sus presentadores, entre ellos María Patiño, Aitor Albizua, Inés Hernand y Belén Esteban. En su escrito, la periodista lamenta que se utilicen los fondos de archivo de RTVE para lo que considera un “espectáculo absurdo” y denuncia que muchos profesionales de la casa podrían estar sintiendo vergüenza.

“El plató se llenó de personajes que durante años se han vanagloriado de la ignorancia, han frivolizado sobre temas serios y han proyectado una imagen superficial de la sociedad. Lo preocupante es que ahora lo hacen desde la televisión pública”, concluye Caso. Muchos espectadores se preguntan si ésta es la mejor forma de invertir los fondos de la televisión pública.