Antonio Campos no se defendió antes de morir: las uñas, sin restos de piel o ADN de Hamid
El cuerpo del funcionario fue hallado con las manos y las piernas atadas con un plástico, lo que indicaría que el agresor pudo hacerlo solo

La Guardia Civil ha hallado el cuerpo en el interior del vehículo.
El sumario completo elaborado por el juzgado de Instrucción Número 3 de El Ejido ya está en manos del abogado Antonio Relaño de Hoces, quien ejerce la acusación particular y representa a la familia de Antonio Campos en el crimen del historiador virgitano fallecido el último fin de semana de septiembre.
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Hamid condujo más de 11 horas por El Ejido con el cadáver de Antonio Campos en el maletero
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Como ya adelantó LA VOZ, fue el pasado 29 de octubre cuando se produjo el levantamiento del secreto de sumario y la pieza principal llegó a manos del letrado almeriense, pero faltaban las piezas separadas y estas están en su posesión desde la tarde de ayer, 4 de noviembre. Y, como se preveía, los documentos que faltaban son reveladores.
"Fue un ataque sorpresivo"
En concreto, explica Relaño, han recibido el informe médico forense de Antonio Campos al completo y en él se recoge una clave que podría orientar la acusación hacia la solicitud de un asesinato en lugar de un homicidio. "Todo hace indicar que el ataque fue sorpresivo", revela el letrado de la familia del funcionario del Ayuntamiento de El Ejido. Y es que, explica, en las uñas de Antonio Campos no había restos de piel ni de ADN de su presunto asesino, Hamid, el joven de 23 años y de origen marroquí que permanece en prisión provisional, comunicada y sin fianza desde el 3 de octubre, dos días después de que fuera detenido en la vivienda familiar en la que residía en el barrio ejidense de San Agustín. Tampoco hay, explica Relaño, ninguna lesión ni heridas en los brazos o en las manos.
Todo hace indicar que Antonio Campos no pudo defenderse antes de ser atacado por Hamid en un paraje de San Agustín, donde todo apunta que murió en torno a las 2 de la madrugada del domingo 28 de septiembre. "No hubo posibilidad de defensa", explica a este periódico Relaño, quien detalla que esto podría ser clave para solicitar una pena por asesinato y no por homicidio, es decir, una pena mayor para el joven detenido.
Pedradas en la cabeza
Del mismo modo, en el informe médico forense también se recoge que la muerte fue provocada por varios traumatismos craneoncefálicos, producidos por los entre cuatro y seis golpes que el asesino habría propiciado con piedras en la cabeza del historiador virgitano.
Además, en la información recibida por la acusación particular, también se recoge al detalle la forma en la que Hamid ató a Antonio Campos, lo que explicaría, a juicio de Relaño, que efectivamente, como mantiene la investigación policial, podría haber actuado solo. "El cuerpo sin vida de Antonio estaba atado de pies y manos. Tenía las manos detrás de la espalda y entrelazadas, con una cuerda de plástico, con las piernas, que estaban dobladas también hacia atrás".
Atado de pies y manos
Una posición que habría permitido a Hamid coger a su víctima en peso, con la cuerda actuando como si fuera el asa de una bolsa, y subirlo al maletero después de matarlo. Y es que, aunque no hay una conclusión de si lo mató y después lo ató o fue al revés, el letrado entiende que la sucesión de los hechos fue primero la muerte a golpes y después el cuerpo de Campos fue atado para esconderlo en el maletero del Volkswagen Passat blanco a bordo del que fue visto por última vez la noche del sábado 27 de septiembre tras salir de la casa de su madre en la localidad de Berja.
Y, añade Relaño, aunque han recibido más información de la que les fue facilitada en un principio por el juzgado ejidense, aún faltan detalles que van a reclamar. Entre ellos, destaca que van a pedir ampliar la búsqueda de elementos gráficos y grabaciones de las cámaras de seguridad que permitan discernir que ocurrió entre las 21:06 horas, cuando Campos salió de Berja, y las 03:56 horas, cuando se ve por primera vez en San Agustín a Hamid a bordo del vehículo del funcionario del Ayuntamiento de El Ejido.

Una cámara capta en Las Norias a Hamid conduciendo el vehículo de Campos.
La ropa del asesino
Del mismo modo, siguen a la espera de saber qué restos había en la camisa blanca de rayas y en los pantalones vaqueros que vestía Hamid la noche de los hechos y que él mismo facilitó a los agentes de la Policía Judicial de El Ejido cuando estos lo detuvieron el 1 de octubre en la casa de su padre en San Agustín, a tan solo 200 metros de la calle Mirasol, donde el domingo 28 abandonó el coche de Campos con el cadáver del virgitano, maniatado, en el interior del maletero. "He sido yo", confesó el detenido.
Una vestimenta que fue clave para saber quién lo hizo, ya que, como adelantó LA VOZ, el joven vestía una camisa de color blanco y la víctima una de color azul y las cámaras de seguridad del municipio ejidense captaron desde las 03:56 horas y hasta las 15:00 horas del domingo, a un hombre vestido de blanco conduciendo el vehículo en el que se encontró el cuerpo sin vida del virgitano.
"La camisa y los pantalones tienen que tener restos de sangre, pues la forma en la que lo mató, con golpes en la cabeza, tuvo que hacerlo de cerca y salpicaría sangre", detalla Relaño, quien además explica que aunque en un primer momento se descartó el móvil del crimen, ya que el fallecido tenía en la muñeca un reloj de cierto valor y su móvil estaba bajo uno de los asientos delanteros de su coche, no está totalmente descartado.
¿Fue un robo?
Y es que, detalla el letrado, en el vehículo también estaba la cartera de Antonio Campos, que en su interior tenía una tarjeta de crédito pero ni un billete ni una moneda. Además, señala, Hamid también habría hecho desaparecer la tarjeta SIM del teléfono de Antonio Campos y las llaves del coche en el que viajaba el virgitano y donde se halló su cadáver.
En este sentido, explica Relaño, están a la espera de recibir los extractos bancarios de las cuentas de Antonio Campos Reyes para saber si hubo algún movimiento el día de los hechos o en los días posteriores y saber si, además de la tarjeta encontrada en la cartera del fallecido, pudiera haber otras que fueron robadas.