Adra, latente en el corazón del Poniente Almeriense, como escenario del destierro de Boabdil el Chico a Fez, en el norte de Marruecos en octubre de 1493. Pero antes de que dicho desembarco forzado ocurriera, se cree que el último rey nazarí de la centenaria Granada musulmana, pasó parte de su vida en La Alpujarra Almeriense. 

En concreto, en Fuente Victoria, a solo dos kilómetros de Fondón y muy cerca también de Laujar de Andarax, tras entregar las llaves de su amada Alhambra en enero de 1492. Un momento histórico que marcó el fin de la Reconquista de la península ibérica capitaneada, en aquella época, por los Reyes Católicos. 

El embarque desde Adra hacia el exilio a Marruecos

Desde entonces, ríos de tinta se han escrito con una frase como protagonista. Seguro que le suena. "Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre", la cual se le atribuye a la Sultana Aixa, madre de Boabdil el Chico. 

Sin embargo, no son pocos los historiadores que coinciden con la teoría de que realmente se trata de una leyenda. Pero vayamos un paso más allá. En concreto, tenemos que viajar hasta la antigua ciudad portuaria de Abdera. 

Y es que la historia ha cargado de simbolismo este último tramo, sobre todo, si se tiene en cuenta que Adra es una ciudad con un enorme pasado fenicio y testigo de Marqueses posteriores. De hecho, guarda historias como aquel mito que dice que Boabdil, al alejarse en mar, lanzó su espada al agua como último gesto de despedida. Fue en este pueblo almeriense donde comenzó su vida, tras el dolor de la pérdida de su querido Suspiro del Moro y el posterior entierro de su esposa. 

El itinerario del rey Chico por La Alpujarra 

Más de una veintena de municipios conforman la Ruta de Boabdil  de Granada antes de embarcar en Adra hacia el sultanato de Fez, con Fuente Victoria como cabeza de cartel. "Aquí llegó Boabdil tras entregar las llaves de Granada en 1492, un momento histórico que marcó el fin de la Reconquista. Fue en Fuente Victoria donde pasó sus últimos días en la Península antes de partir hacia el exilio", explica en su página web esta Entidad Local Autónoma.

Tanto es así que se cuenta que Boabdil tiene una vida tranquila en la Alpujarra con uno de sus hijos y solo alterada por la muerte de su mujer Morayma, dedicando gran parte de su tiempo a la caza con el galgo y el halcón, en unas tierras donde abundaba el conejo, la liebre y el jabalí; el zorzal, la tórtola y la paloma. Era buen jinete y solía bajar hasta las tahas de Berja y Dalías para dedicar jornadas completas a la caza.