La Voz de Almeria

Almería

El día que Cristóbal Colón descubrió Almería

El futuro almirante y descubridor de América a punto estuvo de perecer de frío en Los Filabres

Escena idealizada de la Toma de Almería del pintor Juan de Mata, fechada en 1852, que se conserva en el Museo del Ejército.

Escena idealizada de la Toma de Almería del pintor Juan de Mata, fechada en 1852, que se conserva en el Museo del Ejército.La Voz

Manuel León
Publicado por
Manuel León

Creado:

Actualizado:

Ahora que acaban de clausurarse los fastos del Día del Pendón de Almería, una especie de recreación a medio camino entre la historia más o menos aséptica y las capas de barniz incorporadas sin orden ni concierto, conviene detenerse en un capítulo de la llamada Toma de Almería en el que hay sospechas muy verosímiles -no pruebas documentales- de que Cristóbal Colón el Descubridor anduviera por estos lares a finales del año del Señor de 1489.  Así lo avalan distintos estudios realizados por Magdalena Díaz Hernández, historiadora por la Universidad de Granada, por María del Carmen Martínez Sola, doctora en Historia y por Juan López Martín, investigador, sacerdote y archivero de la Catedral de Almería. Sin embargo, no aparece esta referencia a Colón -tampoco era pertinente, aún era casi un desconocido- en las crónicas de relatores como Pedro Mártir de Anglería o Hernando del Pulgar, testigos presenciales de los hechos.

La recreación de esta admisible tesis es que el jovenzuelo con ínfulas Cristóbal -aun no era almirante- consiguió ser recibido por los monarcas católicos en Alcalá de Henares en 1486, tras ser rechazadas sus pretensiones en Portugal. Pero los católicos reyes, solo tenían entonces, entre ceja y ceja, la conquista de Granada.

La financiación para su sueño de viaje a las Indias a por especias por una nueva ruta solo podría conseguirse no a base de talento, sino de perseverancia en la Corte de Castilla, que habría trasladado sus reales a la guerra que se estaba librando en el sur de la Península.

Está documentado por Alonso de Palencia que Colón participó en el sitio a la ciudad de Baza del 4 al 12 de 1489. El descubridor  creyó  que la Toma de Granada estaba cerca y que podría emprender su empresa de Indias. Pero no fue así y tuvo que esperar hasta 1492, cuando Boabdil, según la  machista frase atribuida a su madre, “lloró como mujer lo que no pudo defender como hombre”.

Fueron tres años de prolongación en los que Colón, como un becario, tuvo que hacer méritos también en el campo de batalla ante Isabel de Castilla.

Tras la conquista de Baza, las tropas de la reina y las del rey se separaron, según Hernando del Pulgar y Colón sigue a Isabel, camino de Almería. El 17 de diciembre de 1489 salen de Baza, la reina, la infanta Isabel y la tropa, en la que va el futuro almirante, deteniéndose en Caniles, mientras Fernando hace jornada en Serón, hasta llegar a Tabernas el 20 por la tarde.

Mientras tanto, la reina, con Colón entre sus huestes, cuenta Anglería, emprendió la subida a la Sierra de Los Filabres con enormes dificultades. Pasaron la noche a la intemperie, entre nieves y torrentes helados. Muchas caballerías e infantes murieron ateridos de frío, a pesar de que el duque de Cádiz mandó que se encendiesen grandes hogueras en la zona de Bacares. 

La reina con Colón, como uno más entonces, llegó a Tabernas a reunirse con su marido el día 22. según los documentos de la Contaduría Mayor de la Corona de Castilla.

Los reyes avanzaron desde Tabernas y aunque según la tradición descrita por Martínez de Castro entraron por el camino del Chuche y los montes de los Callejones, para recibir las llaves de El Zagal en el Humilladero que unos sitúan e la Cruz de Caravaca, Tapia, citando a Anglería, escribe que la entrega de la ciudad se produjo en el desaparecido Palacio de Alhadra o del Almotacín, junto al río, a la entrada de Pechina, cuyas arboledas proporcionaban leña y fruta.

Allí se encontraron los reyes con el emir de Granada, El Zagal, y con el valí o prínicipe de Almería, Al-Nayar, más tarde abrazado al Cristianismo, y con sus tropas, sin que hubiera lucha ni derramamiento de sangre. Ya habían firmado el día 10 de diciembre las capitulaciones para una entrega pacífica de la ciudad. Un año antes no fue así: fue cuando Fernando de Aragón, en 1488, quiso tomar Almería mediante lucha armada, y El Zagal, prevenido, mandó desde Granada cerrar las puertas y reforzar las defensas, por lo que las tropas cristianas se retiraron a Baza a esperar que la fruta de la conquista de Almería madurara unos meses.

El encuentro, según Anglería, se produjo el 22 y Almería se entregó el 23. Celebraron un banquete los reyes cristianos y el moro en Alhadra, hasta que el Zagal se ausentó para volver a Almería a disponer la entrega oficial de la ciudad, acompañado de Gutierre de Cárdenas y Luis Portocarrero. 

La nochebuena no la celebraron, como se ha escrito, en La Alcazaba los reyes, sino en las casas reales de Alhadra, tal como relatan Anglería y Pulgar. La entrada solemne en la ciudad- por la Puerta de Pechina hasta la Alcazaba, donde, en la torre del Espejo, enarbolaron el Pendón de Santiago y el estandarte de los Reyes Católicos -se produce el día 26, día de San Esteban, a pesar de que otros autores la sitúan erróneamente el 23, sin citar fuente.

El día 27 y 28, los reyes descansaron en El Real de Alhadra y se distrajeron con una montería en el campo de El Alquián, junto  a otros caballeros entre los que bien pudo estar Cristóbal Colón, en las que cazaron cuatro jabalíes y un lobo, según Pulgar. El rey Fernando comunicó al Papa de Roma la conquista de Almeria y la comitiva salió rumbo a Guadix, descansando por unas horas en el valle de Fiñana.

tracking