La agricultura almeriense mira con interés los problemas que están afrontando algunos de los principales competidores en los mercados comunitarios. Tanto las zonas productoras centroeuropeas como Marruecos han vivido en los últimos meses un cambio de escenario que permite suponer una ventaja competitiva para el sector hortofrutícola de la provincia.
Un dato revelador llega de la mano de una de las grandes potencias en la distribución de alimentos vegetales en los mercados europeos. Francisco Contreras, una voz autorizada, es el director comercial de Edeka y ha explicado que Almería puede beneficiarse del descenso en la producción de hortalizas que se está registrando en los países centroeuropeos, unos países en los que, según los datos, se habría dado un descenso del 25 por ciento en la producción de hortalizas en los últimos cuatro años.

En el caso de Holanda, el descenso viene provocado por el incremento de los costes energéticos y por el hecho paralelo de que la administración holandesa ya no subvenciona esos costes de la energía a los productores del país, que de esta forma pierden una ventaja que era de gran importancia.
Desde el sector de la producción y la exportación de Almeria se reciben con satisfacción, pero con prudencia, este tipo de noticias. Es el caso del gerente de Coexphal, Juan Colomina, quien aún reconociendo que podría tratarse de una coyuntura positiva de cara al futuro del sector en la provincia, prefiere tirar de prudencia y afirma que se trata de datos y de perspectivas “que será necesario confirmar con certezas en los próximos meses o años”. Se refiere por un lado a las noticias que llegan desde Europa y también al hecho de que Marruecos ha modificado el régimen fiscal a los productores este mismo verano.

Otra de las noticias importantes que se ha producido este verano ha sido el anuncio realizado por el propio rey de Marruecos, Mohamed VI, de que antes de final de año el reino alauita pondrá punto y final a las exenciones fiscales de las que gozaban los productores de frutas y hortalizas, una medida que se ha mantenido durante treinta años y que estaba justificada por la necesidad del país de promover un incremento de  los cultivos.
El propio monarca señalaba que tars esa medida de gracia se han instalado un elevado número de productores, tanto autóctonos como procedentes de otros países, que han obtenido buenos resultados procedentes sobre todo de la exportación. El Gobierno marroquí entiende que en la actualidad esas medidas ya no son necesarias.
Ese punto y final a las exenciones fiscales afectará especialmente a las grandes explotaciones y a los empresarios con amplias extensiones de terreno de cultivo, tanto al aire libre como invernadas. Aún se mantendrán para los pequeños productores.