“Las rutas de almendros en flor ponen en valor un saber ancestral”
Diego García, periodista e impulsor de un proyecto que este año alcanza a trece localidades

Una de las rutas de almendros de flor.
Alguien dice que a los pueblos más pequeños y escondidos de la Sierra de los Filabres les ha faltado un Gerald Brenan como visitante y paisano. Diego García, de El Pilar de Lubrín, es periodista, pero su título más sentido y el que luce por bandera es el de filabreño. Hace doce años parió una idea más propia del alma que de la razón: unir senderos y caminos viejos de los pueblos de la sierra al calor de un árbol que es pura poesía: el almendro.
Ahí nació un proyecto que este año alcanza a 13 pueblos y que combina el buen comer heredado de las abuelas con el deporte social y la contemplación del enorme patrimonio inmaterial, etnográfico y natural de Los Filabres. Los Filabres, Sierra Alhamilla y ahora también la comarca de Nacimiento conforman la ruta de los almendros en flor de este año. La de los rincones milenarios, cruce de civilizaciones, encuentro de culturas, de paisajes extremos y pulmones verdes, de castillos y alcazabas, de pizarras, desierto, espiritualidad y costumbres que no pasan. Con Diego García, un café.
La ruta de los almendros en flor es una acción de gracias por haber nacido allí...
Es un privilegio ver florecer cada año estas flores que nos vieron nacer y es un compromiso seguir colaborando en este proyecto colaborativo comarcal tan necesario.
12 rutas, 13 pueblos. Y ahora... las tierras de Nacimiento. Qué tiene esa Almería.
Almería tiene tantas cosas interesantes y únicas que hay que buscar formas de enseñarlas y de que generen actividad económica e impidan la despoblación. Este proyecto se creó para eso.
Castillos, alcazabas, pizarras, desierto, pueblos con diseños medievales. Cómo vendería Diego esa singularidad.
Es tan amplia y variada que no es fácil empaquetarla o etiquetarla. Sí podemos decir que tenemos tanta variedad y singularidad que no hay otro destino igual. Otra cosa es que se conozca bien. El desierto de Tabernas es único. El Karst en yesos es único. Sierra Nevada es única. La arquitectura tradicional es única. La piedra seca es patrimonio de la humanidad. La gastronomía es compendio de cientos de años. En cada pueblo hay muchos tesoros que intentamos dar a conocer.
Benizalón, Alcudia, Tahal, Uleila... Sus nombres son árabes. Su gastronomía, su cultura, una mezcla de herencia cristiana y musulmana. Pero eso se desconoce.
Se desconoce gran parte del patrimonio existente. Por ejemplo los petroglifos. Se desconocen los despoblados medievales, los oficios desaparecidos, la flora singular, el paisaje hecho a mano, la historia y tantas cosas. Hay mucho por hacer.
Decía Antonio Gázquez que las recetas que se pueden degustar en las jornadas gastronómicas son de las abuelas. Cómo podemos evitar que se pierdan...
Lo podemos evitar aprendiendo y divulgando. Proyectos como este ponen en valor ese saber ancestral de cientos de años. Ese es nuestro patrimonio.
Se ha adelantado la floración. Qué señal nos manda el almendro, Diego...
El almendro, como otras especies, incluida la humana, está confuso. Ahora calor, ahora frío, agua poca… hace lo que puede y lo hace de forma bella. Florece en las cumbres antes que en los llanos, al revés de lo normal. Así está el clima.
Al llegar a Alcudia o a Senés o a El Pilar de Lubrín tengo a veces la sensación de que hay un viaje en el tiempo.
Esa sensación no es mala porque, si hemos conseguido no destrozar el paisaje ni la arquitectura, es buena señal. Eso los visitantes lo valoran enormemente. Si ves las casas blancas, los campos recién labrados, cultivos… tienes una experiencia muy positiva, ancestral, y eso no lo tienen todos los destinos. Filabres Alhamilla y Nacimiento sí lo tienen.
Las rutas de almendros en flor no son un sendero al uso. Cómo las escogen...
En algunos casos coinciden en parte con senderos, pero se les añaden caminos antiguos o zonas que tienen otros valores patrimoniales o naturales, elementos históricos, etc. Cada pueblo tiene su encanto y sus elementos singulares.
Si alguien quiere saber cómo eran los bosques hace 200 años debe ir a esas sierras. Porque allí hay señales.
Efectivamente, en las zonas de umbría de Filabres y también en Alto Nacimiento hay restos del antiguo bosque mediterráneo. Esos encinares de Benizalón o de Alcudia son un gran tesoro.
Se habla de la despoblación y los alcaldes dicen: ¡Agua, agua!
Sin agua no hay futuro y, si nadie lo remedia, Filabres Alhamilla tiene fecha de caducidad, con todo el dolor de los que hemos nacido allí y luchamos por que no sea así. Los acuíferos están casi agotados y la vida se extinguirá sin agua.
El presidente de la Diputación, Javier Aureliano García, dice que sería necesaria una autovía por Tahal para conectar el desierto con el mármol.
Todo lo que sean mejoras en infraestructuras de comunicación son bienvenidas. La A-92 debería haber ido por la N-340 y ahora la comarca sería otra. Conectar la A-92 con la Redia del Almanzora no es mala idea; daría vida, desde luego.
Ha conseguido que alcaldes socialistas y populares parezcan compañeros de pupitre. Es de agradecer. Cómo lo ha hecho.
Yo no. Hemos sido todos: ayuntamientos, empresas y organizadores. Receta: el sentido común y la supervivencia como comarca con futuro. Si esto se aplicara a todo, otro gallo nos cantaría. A veces se pierde mucha energía en asuntos estériles.
Le propongo una desconexión con la chimenea en Los Filabres. Con qué lugar tiene un idilio.
Hombre, con el valle de El Pilar. Conozco cada palmo de tierra y el olor de cada rincón. Allí nací y allí espero acabar. Allí recargo las pilas y recuerdo el origen. Sin nostalgia, pero sin olvido. Un paraíso.
Mes y medio de rutas. Dos por fin de semana. Cómo podemos apuntarnos.
A través de la empresa Natures. En el 606795056 o en almeria
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