La noticia sobre el derribo “a corto plazo” del Toblerone para la construcción de torres de hasta catorce plantas sorprendió ayer a la oposición municipal, que unía a sus preguntas sobre las novedades del Plan Especial del Soterramiento, grandes dosis de indignación por haberse enterado de la aprobación de proyecto a través de la prensa. En otro campo jugaba la parte ‘empresarial’ del asunto, cuyas dosis eran de plena satisfacción.

Entre los primeros se encuentra el concejal socialista Joaquín Jiménez, que aseguraba ayer a la Cadena Ser que su partido no tiene “ni la más remota idea ni del nuevo Plan General, ni de esta operación que se inició con el subsecretario de Fomento anterior Miranda Hita”. Denuncia Jiménez que el mismo día que el concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, comunicó la noticia a la prensa habían tenido una Comisión de Territorio y Economía “y nada dijo Venzal sobre el tema”, por lo que critica “que el equipo de Gobierno actual está instalado en el ostracismo de la comunicación con la oposición desde hace más de ocho años”. En la misma línea se muestra el portavoz del Grupo Municipal de IU, Rafael Esteban, que aseguró que “el alcalde ha roto unilateralmente el acuerdo que había sobre el soterramiento” y criticó que “se estén enmascarando los intereses particulares con los generales”.

Se refiere Esteban a las presuntas reuniones entre Ayuntamiento y empresarios para avanzar en el proyecto ahora aprobado. “La urbanización de los 30.000 metros cuadrados va a suponer una revalorización de los solares del Toblerone”, asegura, y pregunta “¿por qué priman los intereses privados?”. Y sin desmerecer este proyecto, indica el portavoz de IU que “lo que realmente va a acabar con el gran problema que la barrera de las vías del tren supone para la ciudad será el soterramiento”, un soterramiento que se el equipo de Gobierno tiene “abandonado”.

Otro "edificio Trino"

Y de todo esto, lo que sorprende al ex concejal de Urbanismo, Juan Megino, es que los edificios que se proyectan en el solar del toblerone sean de 12 o 14 plantas. “Si fuera de 14 plantas, sería como el edificio Trino, que estaba a una altura semejante, si es que alguien se acuerda aún de que habían un edificio ahí y de que estorbaba enormemente la visión de la ciudad”, una torre que “costó mucho dinero a los ciudadanos quitarla”.

Por su parte, Joaquín Salvador, consejero-delegado de Jarquil, una de las empresas propietarias de los terrenos del Toblerone, se muestra encantado con “una gestión estupenda que los almerienses van a agradecer muchísimo”. En sintonía con el concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, asegura que “esos suelos puedan estar en disposición para desarrollarlos es lo mejor que puede ocurrir porque el soterramiento venía financiado, no solo por el Gobierno central, sino por la venta y enajenación de esos suelos que aportaba Adif para la financiación de este tema”. “La financiación solo es viable con este paso y cuanto antes se dé, antes se está en situación de que aquello se revalorice”, explica el empresario.