Alberto Fernández, médico con raíces en Albox, fue junto a su compañera Charete Espinillla, durante tres semanas, uno de los tipos más envidiados de España: consiguieron el triplete de ser campeones en el Un, dos, tres responda otra vez, cuando eso suponía que te reconocieran 20 millones de españoles que veían la tele única. Hubo un tiempo en que Un dos tres fue el vellocino de oro de este país, de esta provincia. La familia entera se reunía en el salón de la casa a ver esas teles antediluvianas en blanco y negro, donde aparecía el peruano Kiko Ledgard haciendo chistes malos con parejas residentes en Lugo, en Zamora o en Jaén, a quienes se les preguntaba por el nombre de ríos de España o por cosas que se pueden hacer en el cuarto de baño. De vez en cuando aparecía Don Cicuta, las tacañonas y la subasta, donde el sueño dorado era un apartamento en Torrevieja o un coche reluciente acompañado de azafata, y el antipremio, una calabaza de nombre Ruperta. Después llegó Mayra, porque Kiko Ledgard se cayó por el hueco de un ascensor, pero ya nunca volvió a ser lo mismo. Ahora se cumplen 40 años del estreno del Un, dos, tres, cuando aquellos aparece ahora como más ingenuo, más tierno. Almería estaba entonces, en 1972, empezando a levantar su industria agrícola, sus primeras alhóndigas y cooperativas, pero aún era una de las provincias más paupérrima de España No sabemos dónde está ahora ese médico albojense que se baño de una efímera popularidad y que acaparó páginas de la prensa provincial. Sí sabemos donde está Pepa Iglesias que ganó dos millones en ‘El Precio Justo’ de Joaquín Prats.