La gallinita ciega, las chapas y los cromos vuelven al patio del colegio
Monitores de la ludoteca recorren los centros para enseñar a los niños los juegos tradicionales

Los niños se lo pasaron en grande jugando con los cromos.
Durante unos segundos el patio del colegio Reyes Católicos queda en silencio. No es lo habitual en un centro donde estudian más de 700 niños, por lo que hay que turnarse para salir al recreo. De repente suena el timbre y vuelve la algarabía.
Hoy los alumnos de segundo curso de primaria no harán lo mismo de siempre en el patio. Hoy nada de fútbol o jugar a la guerra. Nada de quedarse sentados durante los treinta minutos que dura el descanso entre clases. Hoy toca aprender a divertirse como lo hacían sus padres o sus abuelos.
Paula, una de las monitoras de la ludoteca de Vera, llega cargada con una maleta casi mágica: en su interior guarda todo lo necesario para viajar en el tiempo, a los años en los que aún se jugaba a la gallinita ciega, las chapas, los cromos o la tula. Los niños se arremolinan a su alrededor, curiosos por descubrir qué esconde. Frente a un panel con unos extraños símbolos, empieza a explicar algunos de los juegos con pictogramas. “Hemos querido que los niños con necesidades educativas especiales puedan incorporarse también al juego. Es una forma de integración con el resto del grupo. Que puedan jugar y entender los juegos, gracias a este lenguaje universal”, explica la monitora.
Sobre el asfalto del patio hay dibujadas unas líneas zigzagueantes, en paralelo. Al final, la palabra meta. Sentados, los niños comienzan a golpear las chapas para desplazarlas por este circuito, un turno cada uno. El que consiga llegar antes al final sin salirse, ganará. Parece que se divierten. No hace falta una videoconsola para pasarlo bien.
La tula y otros juegos
Durante todo el recreo se van sucediendo los juegos. Un rato cada uno, en grupos. “Intentamos enseñarles los juegos que están más perdidos, esos que desconocen”, explica Paula Velázquez. Antes de recorrer los colegios, la ludoteca hizo una encuesta entre los niños para saber qué juegos conocían y a qué suelen jugar. “Solo conocen la comba o el elástico, lo que tampoco quiere decir que jueguen a ello”, concluye la concejal de Educación, María Montoya, propulsora de la actividad. “Queremos unos patios activos, luchar contra el sedentarismo, fomentar el compañerismo, que los niños aprendan unas normas y la disciplina necesaria para participar en estos juegos”, añade la edil veratense.
La tula, los cromos, las canicas, la gallinita ciega, el tren o los palitos chinos no faltan en estos talleres que la ludoteca está realizando durante todo el mes en los centros del municipio. “Los cromos y las chapas son los dos juegos que más les llaman la atención”, explica la monitora. Por ello, al finalizar el recreo les reparten un folio con diferentes cromos para que los recorten y puedan seguir practicando. “El objetivo es que no solo jueguen a estas tradiciones mientras nosotros estamos aquí, sino que las aprendan y sigan jugando a diario”.
¡Maestros, a jugar!
La involucración del profesorado es imprescindible para que los niños usen el tiempo de recreo para actividades creativas y juegos tradicionales. “Estamos estudiando realizar una actividad formativa para el profesorado, ya que se requiere un conocimiento, formación y motivación para que participen en los juegos con los niños”, explica la concejal de Educación. Y es que, si los profesores motivan a sus alumnos, los patios pueden volver a ser el espacio de juego que fue antaño. “Todos los juegos que ahora les enseñamos a estos niños me los enseñaban a mí mis profesores”, admite Paula, la monitora de la ludoteca.
Ya no hay silencio en el colegio. Lo rompen las risas, los gritos, la alegría de unos niños que ya saben jugar como se ha hecho toda la vida: usando la imaginación. De repente vuelve a sonar el timbre. Es hora de volver a clase, a seguir formándose. Al menos, hoy podrán contar a sus padres que han aprendido muchas cosas, también durante el recreo.