El Ayuntamiento de Berja informó, a principios del mes de noviembre a la concesionaria del kiosko del Paseo de Cervantes que, transcurridos los cuatro años iniciales no se iba a proceder a su prórroga. La finalidad perseguida con esta medida, señalaban, es que el paseo, en su integridad, sea “un espacio público de uso común y general para los virgitanos”.

La concesionaria presentó en el Registro General del Ayuntamiento un escrito de alegaciones el 17 de noviembre contra la media. En él se alegaba que el tiempo de la prórroga de la concesión concluyó el 9 de marzo de 2011 entendiéndose prorrogada automáticamente hasta marzo de 2015.

Desde el Ayuntamiento, sin embargo, entienden que el plazo concesional de 4 años se corresponde con el periodo de explotación del quiosco, que comenzó el 4 de octubre de 2007, “ya que ésta fue la fecha en la que el señor alcalde aprobó el acta de comprobación según lo firmado por las distintas partes intervinientes”, según el acta de la Comisión de Gobierno del 28 de noviembre. Desde la concesión insisten en que fue un concurso público por 4 años, prorrogables a 75, ya que la inversión total, que supera los 100.000 euros, fué realizada por los adjudicatarios y que en este tiempo inicial no es amortizable por lo cuál, subrayan, “se ve la malintencionalidad por parte del Ayuntamiento al tomar esta medida, ya que existe un precedente de un kiosko en el paseo, conocido por todos los virgitanos”. Los afectados por esta medida, el matrimonio formado por Juan y Maite, destacan que así “se destruyen dos puestos de trabajo de personas mayores de 50 años”. Además “la inversión fue avalada por su vivienda, la cuál perderían, quedándose una familia, por el mero capricho del Ayuntamiento”.