Agrobío

Fundada en 1995, en Almería, es pionera en producción de abejorros en España. Gracias a su trayectoria y localización en el corazón de los cultivos bajo plástico, Agrobío es líder en la agricultura mediterránea y está presente en más de 40 países, cubriendo la demanda creciente de las principales zonas agrícolas de Europa, Canadá, EEUU y norte de África; pero también del mercado asiático y Oriente Medio.

Desde que la empresa comenzó, la visión de explorar nuevas soluciones para conseguir el residuo cero en cultivos donde tradicionalmente era complicado, ha sido una de sus premisas, abanderando las últimas innovaciones en estrategias de control biológico.

Una de las grandes novedades que Agrobío ha incorporado al manejo de enemigos naturales ha sido la alimentación de ácaros depredadores con ácaros presa directamente en planta. Estrategia patentada por Agrobío y que ha marcado la línea de trabajo para el futuro del establecimiento de ácaros y chinches depredadores en cultivos donde tradicionalmente era muy complicado. Poder mantener y multiplicar las poblaciones de auxiliares como A. swirskii, T. montodrensis o Orius y anticiparse a plagas como el trips, la mosca blanca o incluso la araña roja es la mejor defensa.

Y en este contexto, la selección genética va a jugar un papel muy importante. Agrobío ya ha lanzado al mercado dos nuevos Orius laevigatus, ORIcontrol Cold y Plus, que han revolucionado el control del trips. Estas cepas seleccionadas tienen la mayor tasa de depredación de trips así como un mayor tamaño y son capaces de sobrevivir más tiempo que un Orius estándar frente a la falta de alimento.

Estos productos han sido un éxito y están consolidando e impulsando el control biológico donde los daños causados por esta plaga afectan al valor comercial del fruto o la flor en el caso de las ornamentales.

Y la lista de cultivos que encuentran en estas estrategias una solución eficaz, cada vez es mayor; no solo estamos trabajando en hortícolas, también en frutos rojos, cultivos al aire libre como cebolla, melón y sandía, y también en árboles frutales, almendro, vid, cítricos y forestal.

Esto se traduce en una demanda al alza del uso de insectos beneficiosos por parte del agricultor, que ha conseguido una producción verdaderamente más natural y eficiente. Ha logrado reducir el número de tratamientos agroquímicos, tienen un mejor entendimiento de los plazos de seguridad y compatibilidad con los auxiliares y hace un uso responsable de las materias activas actualmente vigentes, mientras desarrolla su actividad en un entorno más saludable.