La enfermedad es una falta de armonía. Pienso, por ejemplo, en un simple catarro: el cuerpo no está, digamos, feliz, tiene molestias, se siente mal. Pues así lleva España muchos años, desde el cambio de siglo. 
El 2 de marzo de 2003, Aznar enloqueció aún más, quiso sentirse uno de los amos del mundo y metió a España en la Guerra de Irak –injusta, inmotivada, en la que nada nos iba, y que ha incrementado el terrorismo islámico- en contra de la voluntad del 91% de los españoles, que abarrotamos las calles.
De ahí, a mi juicio, arrancan los males que afectan a España: Aznar rompió el consenso y la convivencia armónica y democrática que, con el estado del bienestar, la Constitución había hecho posible desde 1978. Pasamos del sosiego a la crispación. Desde entonces nadie ha educado en cultura cívica y democrática, nadie ha enseñado que, en democracia, es esencial el diálogo.
 Con esa locura, Aznar le dio vuelos al desconocido Zapatero, elegido Secretario General del PSOE en julio de 2000 no porque fuese el mejor –era diputado ignoto- sino, dada la fractura del PSOE, para evitar que ganase el templado Bono, de quien Guerra era enemigo acérrimo. Se eligió al más amorfo, creyendo que sería una marioneta. Pero, claro, sucedió lo de Juanillo y el carguillo
El 11 de marzo de 2004 ocurrieron los horripilantes atentados de Atocha. Y tres días después, se ¿celebraron? las Elecciones, que las encuestas daban por ganadas al PP con mayoría absoluta.
En la víspera de la jornada electoral y durante esta misma, empezaron a correr los sms: “Hoy 13-M a las 18.00. Sede del PP. Pásalo”, “Queremos la verdad antes de votar. Pásalo...”   –se dice que inducidos por Rubalcaba, que lideró la movilización- y las sedes del PP se vieron rodeadas por miles de ciudadanos, que no se retiraron pese a que la Junta Electoral Central acordó que violaban la ley electoral. Y la Cadena Ser echó más leña al fuego: el hoy lanzador de Podemos, Antonio García Ferreras, entonces su Director, llegó a decir: “La Cadena SER ha podido confirmar que al menos uno o dos de los posibles terroristas suicidas están entre los muertos”, noticia inventada que se repitió varias veces esa noche, incluido Gabilondo. 
¿El resultado? Zapatero ganó las Elecciones con más de once millones de votos, fue elegido Presidente del Gobierno y estableció un “cordón sanitario” en torno al PP –al enemigo, polvorones en el desierto- y reabrió las trincheras de la Guerra española con la Ley de la Memoria Histórica. Sectarizó la política y la hizo frentista. La sociedad, se crispó y, así sigue.
Y aguantó hasta que el 10 de mayo de 2010, lejos de dimitir por vergüenza torera y coherencia moral, abjuró de sus convicciones socialistas y anunció recortes brutales para acomodarse al mandato de Bruselas, lo que se tradujo en que en las elecciones de 2011 se diese un batacazo histórico: perdió 3.863.055 votos y 54 diputados. El PP ganó por mayoría absoluta. 
Lo peor, sin embargo, es que, con aquellas medidas antisociales, dio lugar al nacimiento de los indignados del 15-M, antecesores del actual Podemos,  quienes, la víspera de las Elecciones, convocaron en la Puerta del Sol una “Jornada de reflexión colectiva”, declarada ilegal por la Junta Electoral Central, pese a lo cual, Rubalcaba, Ministro del Interior, la consintió pues, dijo, “la Policía busca resolver problemas, no crear más problemas, y esa es la filosofía que vamos a seguir”. 
...Y, lo de Pedro Sánchez, acabamos de padecerlo. Ya el 13 de diciembre de 2015 -antes, pues, de las Elecciones- escribí que “lo veo como a un Zapatero bis, tan insustancial como él pero más veleidoso e incomprensible aún, un Secretario sin liderazgo que ha ido destiñéndose... Sólo veo sus continuos cambios de rumbo y su decidido afán de acaparar poder sin pararse en barras… El Partido Socialista italiano, se disolvió; el PASOK griego, va por el 6’3 de los votos… Un socialismo fuerte es necesario.” Desgraciadamente, no había que ser profeta para verlo. 
Puede que, hoy, el POSE viva un Comité Federal dejémoslo en tenso –no se olvide que Jiménez de Parga definió a los partidos mayoritarios como “partidos de empleados”, pues comen de él- que haga bueno lo que dijo Adenauer: “Hay tres tipos de personajes peligrosos en política: los contrincantes políticos, los enemigos políticos y finalmente los compañeros de Partido”. 
Y contesto la pregunta de Sánchez: ¿qué parte del no no ha entendido? Pues ninguna, el no mismo. Le ha hecho perder a España un año. 
El 29 de agosto, escribí: “¿Apostamos por Rajoy Presidente en octubre?”
Para este viaje pédrico  no hacían falta esas alforjas de burro.
Ojalá, hoy, España empiece a curarse.

Por sistema, antisistema Me parece terrorífico que quienes si no alientan sí justifican los sucesos del miércoles en la Universidad sean profesores universitarios. ¿Es, eso, lo que enseñan, qué valores, qué ciencia, qué saber?
Podemos ha entrado en una dinámica de lucha absoluta contra el sistema: grita que hay que volver a dar miedo. Y, a mí, me lo da. No sé a Vd., pero ¿se imagina en qué país viviríamos si estos cafres desquiciados tomaran el poder y se cargaran el sistema democrático?
El PSOE debe reconsiderar sus pactos.

Una carta maravillosa Hace la vida, a veces, regalos tan inesperados como maravillosos. Y eso me ha pasado esta semana: he recibido una carta dulcísima de Mary Anne Kunkel –”Mariana, me llaman aquí”,  dice- para trasladarse su ilusión por el artículo del domingo pasado sobre “los Kunkel”. Me ha llegado a través de la Biblioteca de Vélez Rubio, pueblo en el que está perfectamente integrada y es feliz.
Tengo que ir a verla. Un beso suyo reviviría lo mejor de mí mismo, lo más espiritual, lo más utópico sobre un mundo mejor...

Cuernos en Cataluña El Tribunal Constitucional le ha puesto los cuernos a la arbitrariedad del parlamento de Cataluña con la legalidad constitucional de la fiesta de Los Toros, en una sentencia que, en sí misma, contiene los elementos para ser burlada.
Ya escribí en junio de 2010, cuando se prohibieron Los Toros, que el liberticidio sería subsanado por el Tribunal Constitucional, pues la Autonomía carecía de competencias y usurpaba las estatales.
La legalidad, se ha restablecido. ¿Los Toros? Ése, es, sin duda, otro cantar.