La Voz de Almeria

Opinión

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Ignoro si en este momento hay maquinaria y operarios en el solar que debería ocupar desde hace años el hospital materno-infantil que la Junta de Andalucía se comprometió a hacer en Almería en el año 2007. No sé, por tanto, si a estas horas ese terreno es escenario de una actividad febril y si la primera y hasta ahora única piedra del futuro recinto tiene compañía. No lo sé y ya habrá tiempo de ocuparse de eso. Lo que quiero decir es que, dado que esta columna tiene una indeclinable vocación de servicio público, me gustaría recomendar a la Junta de Andalucía que prepare psicológicamente a sus delegados antes de dar ruedas de prensa milongueras y que ensayen más las comparecencias, para evitar así que el volátil subconsciente desvele cosas que no queremos decir. Por ejemplo, es muy significativo que en la rueda de prensa en la que la Delegada de Gobierno de la Junta, Gracia Fernández, anunció la reactivación de las obras del famoso hospital, dijo que lo primero que estaban haciendo era desbrozar el terreno. No me fijo ahora en que situara en tiempo presente –con frescura- una acción que, a la hora de escribir estas líneas, aún no ha tenido lugar. Me refiero al verbo en sí. Desbrozar significa limpiar de maleza un terreno. Y ese terreno, el solar del hospital, estaba en su día lo suficientemente limpio como para que se inaugurasen oficialmente las obras que luego se paralizaron. Almería no es como la manigua guatemalteca y la floresta tiene aquí otro discurrir más reseco. Es decir, que para la creación de una masa arbustiva lo suficientemente densa como para necesitar su remoción manual o mecánica, es necesario el lento discurrir de los días, los meses y los años. Y yo respeto que haya abandonaos que no engrasen los ejes de su carreta. Lo único que pido es que cuando éstos chirríen, no nos vengan con el cuento de que es un sonido armonioso y agradable.


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