Siempre es tiempo de corrección y de arrepentimiento. La entrada de un nuevo año obliga cuando menos a una pequeña reflexión acerca de lo que hemos hecho durante los doce meses ya idos y , con más interés, sobre lo que haremos en los meses que vienen. ·Este periodista promete no perder tanto el tiempo dedicando páginas y páginas al cotilleo político. Con ello no quisiera decir que la organización de nuestra vida desde el punto de vista de la polis carezca de importancia, sino que los ejecutivos de un partido que acceden a al Parlamento a través de listas cerradas y lejos de la ciudadanía, no se merecen el e spacio de la prensa del corazón. . En cambio,tal vez merecen más publicidad los trabajadores sociales ocupados directamente de nuestras necesidades. Se dice que la soberanía reside en el pueblo, principio nuclear de nuestra convivencia que los periodistas olvidamos más de la cuenta. En los partidos donde la democracia no funciona tal como prescriben los estatutos, Importa más un burócrata pegado a su jefe , que el pueblo provisto de pancartas Este periodista promete dedicar más tiempo a las reinvidicaciones callejeras que a las notas generalmente tardías y exculpatorias de los gabinetes de prensa. Ya vamos sabiendo algo sobre la dinámica de las ejecutivas. Al que vive de la política le interesa sobremanera no perder el apoyo de su jefe. Así hay gente que lleva treinta años en el machito sin que haya ensanchado media página de su curriculo. Pero ¿qué hace este tío? ¿ Escribe, hace algún puente, lleva adelante una fundación para huérfanos? Nada de nada. Vivir de la política se parece mucho a vivir del cuento.  La máxima preucupación del caradura es alargar su vida profesional a base de conciliábulos de gabinete.
En segundo lugar prometo fervientemente cuidar mejor el lenguaje, huyendo de los eufemismos, de los dobles sentido, de los engorros verbales, en suma , que tanto entorpecen la frase del pueblo poco acostumbrado, como sabemos, a los arabescos del idioma. De esta manera cuando salga el tema de la corrupción habrá que dejar muy claro que existe una podredumbre de derechas y otra de izquierdas y que la ingobernabilidad del país no brota solo de las fuerzas subversivas , sino de otras oscuridades más hondas. Por último quisiera advertir que aunque el periodismo es cada día que pasa es más comprometido y peligroso, vale la pena luchar por una sociedad libre y clara.