Puñaladas de luna en Rodalquilar
Hasta 33.300 euros llevan ya acumulados en multas los propietarios del ruinoso cortijo
El caballo, la luna y la muerte. Tres elementos para un drama inmortal al que ahora podemos añadir el cuarto: el cartero. Sí, ya sé que un señor con una talega llena de avisos o con un casco de vivos colores para hacer la entrega en moto tiene poco de dramático y que el bueno de Lorca se las habría visto y deseado para meterlo en el reparto de “Bodas de Sangre”. Pero por desgracia el papel protagonista en esta tragedia con propensión al vodevil es el que viene timbrado con sello de la Junta de Andalucía: hasta 33.300 euros llevan ya acumulados en multas los propietarios del ruinoso cortijo en el que transcurrieron los hechos que inspiraron la famosa obra al poeta granadino. Y es que como la Junta de Andalucía ama la cultura, la defiende, impulsa y proyecta por todo el mundo mundial, pero tiene que gastarse el dinero, entre otras cosas, en tener colocados a un buen número de cuñados y cuñadas, además de mantener viva la reivindicativa llama sindical y alguna que otra factura de su carísima administración paralela, ha pensado que es mucho mejor que mientras ellos abanderan el discurso de la cultura y el universalismo andaluz de Lorca y todo eso, que vaya pagando otro. ¿De qué sirve que la Junta te declare Bien de Interés Cultural un edificio? Pues para los propietarios un saco de multas. Para la Cultura, nada. Pero absolutamente nada. Y es que ya me dirán si lo que tiene la Junta con ese cortijo no es más que un postureo de mucho cuidado. Si de verdad sienten lo que proclaman, caramba, que se dejen de multas y actúen. Que lo rehabiliten del tirón y que se cuelguen luego las medallas que quieran o que pongan una corona de azahar a Susana Díaz y la nombren mujer lorquiana del año. Lo que quieran, pero que dejen de darse puñaladas de luna en el pecho y que, en lugar de aburrir al cartero, actúen de una vez.