La crisis andaluza destapa una estrategia
Es difícil creer, que la crisis del pacto de gobierno andaluz, se ajustara solamente a la situación provocada por una entrega de llaves para alojar temporalmente a familias que están en la calle, que han pasado dos años sin luz ni agua y que el domingo fueron desalojadas del edificio propiedad de un banco. La consejería gestionada por IU tomó esta medida para dar una solución a familias en riesgo de exclusión social o con menores, basándose en el mandato del juzgado y del Defensor del Pueblo andaluz. Resulta alarmante la actitud mostrada por una Presidenta que, en vez de negociar internamente con su socio, arremetió con el BOJA contra su socio de gobierno, provocando una situación muy grave.
Doña Susana ha utilizado la discrepancia para reafirmar públicamente un liderazgo que no tiene y sorprende que haya puesto en juego la estabilidad de todo un gobierno, sabiendo que su partido tiene muy difícil conseguir la mayoría absoluta para gobernar en solitario. Se vislumbra que la Presidenta y el PSOE manejan una nueva estrategia.
El bipartidismo está en crisis debido a los continuos errores de los partidos mayoritarios, al escándalo de sus corrupciones y a la falta de alternativas. Todo indica que en las próximas elecciones generales no habrá mayorías absolutas y el modelo andaluz podría exportarse. Esta solución aterra a las cortas miras de los poderes económicos y al cómodo estatus de estos políticos. Se vienen oyendo opiniones, como la de Felipe González, Bono y otros, que reclaman un acuerdo PP-PSOE como en otros países de Europa. El nuevo candidato andaluz de la derecha, se ha ofrecido a la Presidenta andaluza para que rompa el pacto y gobierne en minoría con el apoyo explicito del PP. Podemos imaginar una estrategia común de ambos partidos que busque aprobar una reforma de la Constitución al modo neoliberal, una ley electoral que conduzca a que gobierne el partido mayoritario sin necesidad de pactos, una reducción de los Parlamentos para impedir que salgan diputados de los partidos minoritarios. En definitiva, ponerse ellos dos de acuerdo en su propio beneficio y en el del gran capital, a costa de menos democracia.
Deslealtad El gobierno andaluz es fruto de un acuerdo rubricado por dos fuerzas políticas independientes por el cual la Presidenta ostenta su cargo.
Fue una deslealtad su pretensión de quitar competencias al otro partido. Máxime cuando este acuerdo se realizó de una manera desequilibrada, descomponiendo consejerías para otorgar a IU las mas difíciles (tener que hacer inversiones en infraestructuras o vivienda, sin dinero). Pero ha resultado que entró sabia nueva, de una izquierda no simulada, con preparación e imaginación. Y aparecen decisiones tales como el de sancionar con 100 millones, a entidades financieras por incumplir la función social de sus viviendas protegidas. Y esto alarma a los poderosos. Sra. Presidenta: En momentos tan difíciles, cuando mucha gente sufre, se trata de saber a favor de quien se gobierna: ¿De los Bancos o del Pueblo?