Lo acaba de anunciar el vice, Javier Aureliano García. Está la institución en el camino del ahorro. Me alegro. Para el señor García los funcionarios seguirán las directrices marcadas, por lo que no hace falta la contratación de un nuevo gerente. Siguiendo el argumento, si mañana dimite o cesan al director del IEA, los funcionarios pueden seguir las directrices y no se contrata nuevo director. Más ahorro señor García. El caso de Galasa podía ser otro, se cesa o dimite el responsable y los funcionarios con el político de turno al poder. Más ahorro señor García. ¿Cuántos gerentes, directores o responsables de organismos podrían ser cesados? El ahorro podía ser como para poner a los pueblos de Almería en la “champions league”. Apoyemos al vice de la Diputación en su nueva política de ahorro y que se dedique seriamente a invertir los recursos provinciales en los pueblos pequeños.

Lo que parece evidente es que los políticos cuando quieren saben lo que tienen que hacer. Si lo saben, ¿por qué no se ponen a ello con decisión? El argumento del vice puede seguir hacia arriba: ¿son necesarios tantos asesores, tantos políticos liberados? Si los funcionarios son capaces de hacer el trabajo de una gerente, estoy convencido de que pasarían de sobra la prueba del trabajo del político. Diría más, lo harían mejor, pues no tendrían ningún compromiso que defender. Se atendrían a las necesidades de cada pueblo y a lo que marca la ley en cada situación. ¿Se imagina don Javier el ahorro que conseguía en diputación con medidas así? Es lo que está esperando el personal de la calle, el que con sus impuestos paga sus magníficos estipendios.

No creo que lo haga. Una cosa es predicar en la gerencia de turismo y otra tomarse en serio el trabajo en la institución. Antes se le dice que no hay dinero a un pueblo que cesar a un asesor o quitar la dedicación exclusiva a un político. Por no quitar no va a quitar usted ni los casi cuatrocientos euros que cobra un diputado por la asistencia a un pleno. Prácticamente lo mismo que se le da al mes a un padre o madre para que mantenga a la familia. Y si son dos plenos los que se celebran: ochocientos euros de los bolsillos de los ciudadanos. Está claro, hay familias y familias. Y las de los políticos si se merecen vivir bien.