Esperando la recuperación
“La estabilización será verdad cuando el hombre de la calle pueda palpar el éxito macroeconómico”
En uno de los poemas de “Odas elementales”, Pablo Neruda se ríe de los viejos poetas que solo se preucupan de su “yo” o a lo sumo de la amada sin mirar siquiera al hombre que no puede pagar el alquiler o al que amasa en la noche el pan de cada día. Ayer la prensa venía cuajada de fotos de Rajoy con motivo de su viaje a Estados Unidos donde se incubó la crisis. Por lo visto Obama felicitó a nuestro presidente por haber estabilizado nuestra economía, si bien es necesario crear más puestos de trabajo. Yo imagino al” hombre invisible” buscando las razones de la tan aireada recuperación. No me valen los lenguajes técnicos y bastante oscuros de las páginas sepias ni por supuesto las declaraciones de los ministros del Gobierno. La estabilización será verdad cuando el hombre de la calle pueda palpar el éxito macroeconómico con lo que está pasando en su propio bolsillo. Si los precios se disparan en los supermercados, si apenas podemos pagar el recibo de la luz y el agua, si suben las tasas académicas, si no hay ayuda para los dependientes, si los bancos salvados con dinero público no facilitan el crédito al ciudadano, si se privatizan las educación y la sanidad y si nuestros ayuntamientos le dan una vuelta a la soga que ya llevamos al cuello, etc ¿ ustedes creen que hay razón para emocionarse ante las noticias que nos llegan sobre la salida de la crisis? Es probable que en las alturas las clases pudientes no noten la grieta del abismo. Lo veo muy lógico. Este Gobierno se ha esforzado en hacerle a los ricos la vida menos cuesta arriba. No consta que vayan a poner un impuesto a las grandes fortunas ; tampoco que vayan a terminar con los paraísos fiscales, a lo sumo una pequeña annistía para ver si se animan a declarar los defraudadores; han creado el dilema de despido o bajada de salario para colocar al trabajador entre la espada o la pared. Así cualquiera podría esperar mansamente la recuperación, pero los de abajo llevan prisa en los bolsillos. No se fían de las sonrisas del Despacho Oval . Claro, en ambiente tan agradable era meter la pata mentar el asunto de las residuos radiactivo de Palomares. Dios quiera que los almerienses no tengamos que esperar otros 48 años.