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Opinión

El concejal Pablo Venzal dice sentirse solo y abandonado

El concejal Pablo Venzal dice sentirse solo y abandonado

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Pobre hombre. Ya veo al pequeño edil de urbanismo llorando por los rincones de la ciudad ante la soledad en que le han dejado los ciudadanos y los partidos de la oposición. Se acuerda de aquello: “Llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. Pues eso, don Pablo. Usted se creía que a los que sentaban en su mesa, a los que se llevaba de viaje a los madriles y le firmaban un acuerdo lo iban a mantener hasta el fin de sus días, y ha sufrido en sus propias carnes la voraz zarpa de los políticos de la oposición. Joaquín Jiménez y Rafael Esteban lo han dejado sólo, desamparado y llorando por los rincones. Claro que de la oposición que se podía esperar: ¿Adhesión inquebrantable? Era mucho pedir. Ya veremos si dentro de algún tiempo no son los suyos, con Luis Rogelio a la cabeza, los que le hacen un nuevo siete en el cuerpo al pobre, desamparado y solitario concejal almeriense. Ahí tiene a su amigo de ayer y compañero de partido Jorge Quesada y como le han dejado ustedes.


Comprendo su tristeza. No hay nada peor para la felicidad y la alegría personal que la terrible soledad, y si ésta es en la política y no escogida, la vida se convierte en gris muy oscuro, más bien tirando a negro muy negro. Si encima los ciudadanos no le respaldan, si los comentarios en las barras de los bares se le vuelven en contra, si los almerienses se han dado cuenta de la barbaridad que supone la construcción de más de mil viviendas en el solar del Toblerone y se lo dicen por activa y por pasiva, comprendo sus lágrimas, su tristeza, su soledad. Y lo más triste para usted es que estaba avisado, pero se pasó a los ciudadanos por el forro de su concejalía.


Está solo, señor Venzal, y lo que es peor, se lo ha buscado usted mismo. Está abandonado a su suerte, don Pablo, y lo que es peor, se lo ha buscado usted mismo. Ya veremos cómo sale del atolladero. Un conejo le hace falta, y una chistera y mucha suerte, pero que mucha para que no se vuelva contra usted lo que parecía ser el gran futuro de la ciudad abierta y ganada al mar. Encima aquellos que le dejan solo, que formaban parte de la mesa del soterramiento le acusan de oscurantismo en el plan del Toblerone. Es por lo menos lo que denuncia el portavoz del Psoe. ¡Pa que te fíes del personal!


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