Redoble de conciencia ante la guerra
Redoble de conciencia ante la guerra
Otra vez, cuándo no, suenan tambores de guerra. Lo de tambores es solo un decir porque esta vez se trata de misiles crucero, armas químicas y aviones no tripulados. La conciencia pacifista del mundo se estremece porque no sabemos a qué carta quedarnos.
En la guerra de Irak hasta la gente más conservadora salió a la calle a protestar contra las armas de destrucción masiva. Luego resultó que todo fue un invento de los invasores para salvar el petróleo y desde entonces Irak es una carnicería diaria y sin contención. La primavera árabe no ha pasado por ella.
Lo de Siria, en principio, es otra cosa.Se trataría de salir al paso de algo inconcebible entre seres humanos como es el gaseamiento en masa de personas inocentes mediante armas químicas. Aunque nos repugne cualquier acto de violencia, podría darse alguna vez aquello que nuestros teólogos del Siglo de Oro calificaron de guerra justa: o sea, la legítima intervención por parte de la comunidad internacional para atajar el atropello de los derechos humanos. El primer escollo es saber quiénes fueron los autores de las recientes matanzas. El Occidente acusa al gobierno de Siria y el presidente Bachar el Asad, para complicar aún más las cosas, devuelve la pelota a los rebeldes. En este momento, aunque los medios informativos dicen que es cosa de días, parece que el plan de ataque se retrasa.
Estados Unidos duda, el Parlamento británico rechaza la propuesta de intervención de Cameron, París busca aliados y Madrid está a la espera de lo que digan en la Unión Eureopa.
Por otro lado, Rusia saca a pasear por el mar Mediterráneo sus grandes buques de guerra. Hasta el momento todavía no disponemos del informe de los expertos sobre las armas químicas presuntamente utilizadas contra la población civil.
Estamos ante uno de esos casos en los que la conciencia tiene que pasar el Rubincón con el célebre “alea jacta est”. No falta quien dice que puede ser peor el remedio que la enfermedad, pero¿quién en su plenitud de persona moral, podrá lavarse las manos como Pilatos ante este gigantesco crimen de lesa humanidad?