La salida de Griñan no es excusa
La salida de Griñan no es excusa
El anuncio del todavía presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, de no volver a presentarse como candidato a las próximas elecciones autonómicas sitúa en un innecesario y prolongado umbral de incertidumbre a Andalucía y, dentro de ella, a Almería. Como Alcalde, he de redoblar por tanto mi preocupación sobre el futuro de asuntos y proyectos claves para el futuro de nuestra capital, como la remodelación del Ayuntamiento o el hospital materno infantil, entre muchos otros, que por ser competencia directa de la Junta podrían verse afectados por cambios o alteraciones derivadas de este anuncio.
Retraso
Pero los cambios internos no pueden ser motivo de excusa para prolongar, aún más, el lamentable retraso con el que la Junta de Andalucía despacha sus actuaciones en la provincia de Almería. No es de recibo, por tanto, que la incertidumbre o los “cambios de agenda” puedan emplearse como explicación de la desatención o dilación de actuaciones largamente demandadas el conjunto de la sociedad almeriense.
En otro orden de cosas, los almerienses hemos de lamentar, como andaluces, que nuestro presidente autonómico parezca más preocupado por cuestiones de índole partidista que por la atención a las urgentes necesidades de Andalucía en el contexto de la crisis que atravesamos.
Pero lo cierto es que Griñán ha demostrado su incapacidad para combatir la crisis, porque se ha dedicado a obstaculizar la acción de la Justicia en casos como los ERE fraudulentos, Invercaria o Mercasevilla, que se sitúan entre los casos más graves de corrupción.
El anuncio de su despedida, realizado un poco antes del importante debate sobre el estado de la Comunidad en el que sin duda saldrían a relucir estos temas, huele más a temor insuperable que a jugada política. Giñán huye ahora, pero Griñán ha sido responsable, como Consejero de Hacienda y como Presidente de la Junta, del desvío de los fondos públicos destinados a los parados para alimentar una corrupción sistemática que ha salpicado con nombres y apellidos a muchos altos cargos de la Junta de Andalucía.
Radical
Griñán nos deja un legado de aumento de paro y entreguismo bochornoso a las políticas radicales de Izquierda Unida, alejando a Andalucía no sólo del resto de España, sino de la seguridad jurídica que requieren los inversores internacionales. Creo que Andalucía no se merece tener un presidente más pendiente de los asuntos de su partido o de los juzgados que de las urgentes necesidades de los andaluces, que están muy lejos de las peripecias internas del PSOE y de los sumarios de su saqueo.