Lo que importa
Lo que importa
Dijo un día el recientemente fallecido Tom Sharpe, maestro de la novela de humor, que una cosa es leer y otra enterarse. Se refería a un amigo suyo que todos los días fatigaba su cerebro con las noticias de todos los periódicos y emisoras del Imperio británico, amén de las de otros imperios colaterales, y no se enteraba de nada.
Parecerá un chiste cruel y corrosivo, de los que frecuenta este autor en sus libros, pero el fenómeno se da más de lo que parece. Estamos toda la semana tratando de enterarnos sobre lo que dice el Gobierno sobre las pensiones, no es fácil llegar a la verdad.
Siempre queda un pero que desvirtúa cualquier información oficial. Y lo mismo ocurre con otras cuestiones aún más complicadas. Por todo ello he pensado que lo mejor es dedicar un día, que puede ser el sábado, espacio vacacional que se le concede al periodista como alivio de la carga atroz del mundo, para que vaya enterándose de lo que verdaderamente importa. Así pues prohibido coger un periódico. Dedicar el tiempo en mirar la quebrada línea de las montañas en el horizonte.
Sorprender los colores del cielo, bajar al mar, mirar a la gente que hace lo mismo como terapia frente al cansancio de la vida. Tu ciudad tiene rincones que nunca habías visto. La historia de estas gentes que ves todos los días jugando a la petanca tampoco la conoces bien. Tienes todo el sábado y domingo para saber algo de lo que ocurre a tu alrededor. No leas más prosa agropecuaria.