La Voz de Almeria

Opinión

¿Un Papa almeriense? Probable, no; imposible, tampoco

Carta del director

¿Es probable que salga elegido un Papa de Almería?

¿Es probable que salga elegido un Papa de Almería?LA VOZ

Pedro Manuel de la Cruz

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Tiene José Luis Heredia la sabiduría natural del agricultor que, sentado al fresco debajo de una higuera, mira al Cielo y, sin más conocimiento que el algoritmo infalible de la experiencia, se dice para sus adentros: esta tarde llueve.

Y, coño, esa tarde llueve.

Quizá fue esa sabiduría natural conjurada con el optimismo expansivo y el patriotismo velezano que le acompaña- la única patria de un hombre es su infancia- la que le inspiró hace tres años que en el prólogo de un libro sobre su paisano Cristóbal López Romero apuntase con descaro que aquel tipo con el que miles de velezanos habían compartido pila bautismal podría llegar a Papa.

“Y quién sabe- decía Heredia- si algún día, puede que no muy lejano, volvamos a echar las campanas al vuelo, esta vez redoblando y proclamando a los cuatro vientos que el colegio cardenalicio en cónclave, conjurados por el Espíritu Santo requerimiento del Padre Supremo, proclamen la llegada de un nuevo Papa, en este caso nacido en el pueblo y bautizado en nuestra Iglesia de la Encarnación que pasará a ser nuestro particular Vaticano.

Lo que no sabía el expansivo Heredia es que aquella premonición nacida en el vínculo machadiano de haber compartido el mismo cielo azul y aquel sol de la infancia iba a ser, apenas tres años después, una posibilidad real de la que decenas de expertos vaticanistas escriben en los medios de comunicación de los cinco continentes.

Lo que pensarían Juan el modéjar y Carmen la chichones si hubiesen llegado a saber que aquella quimérica premonición, fruto del paisanaje desbordante de su hijo, iba a acercarse a una ventana de oportunidad abierta y con posibilidades.

Si, como dice el Evangelio, que los designios del Señor son inescrutables, qué decir de los acuerdos a que lleguen 133 cardenales encerrados en la Capilla Sixtina y con el Espíritu Santo sobrevolando aspiraciones inconfesables, rencores ocultos, ideologías numantinas y maniobras curiales en la oscuridad.

La Fumata blanca despejará todas las dudas, pero estos días de incertidumbre han situado por primera vez en dos mil años a un almeriense en el equipo titular que jugará la final. Seguro que al bueno de Francisco- un gran Papa, un gran padre para los desheredados que viven en el olvido, este recurso futbolístico le hubiera gustado.

Bergoglio vino del fin del mundo a intentar cambiarlo y nunca lo pensó mientras caminaba por el barrio más pobre de Buenos Aires. El velezano Cristóbal ha llegado a Roma después de una larga travesía desde que su familia abandonara la sombra del Maimón empujada al desaliento de la emigración por la miseria. Desde aquella niñez adelantada ha recorrido este cardenal almeriense varios continentes y ha chapoteado en los charcos de los que apenas tienen para subsistir.

Tal vez sea ese alejamiento de la púrpura y el boato la que le hace regresar a su Vélez natal en cuanto la ocasión lo propicia en un intento de reencontrarse con sus orígenes cumpliendo el mandamiento de solo no caen en la impostura aquellos cuyas ramas llegan a cualquier parte del mundo, pero cuidan, porque no olvidan, dónde están sus raíces.

Dentro de unos días sabremos si el descaro inteligente de aquel Heredia provocador se hace realidad. Demos le tiempo al tiempo cardenalicio y sus laberintos. Lo que si está claro es que un almeriense esta jugando en el equipo titular del Vaticano y eso no arregla la vida, pero si mejora el espíritu de los que se sienten- nos sentimos- orgullosos de haber nacido en este territorio de frontera que va desde el Sabinal a Palomares y desde Los Vélez hasta Guainos.

¿Es probable que salga elegido un Papa emigrante de Almería? No. ¿Es imposible? Tampoco.    

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