Ya estábamos acostumbrados a los premios del mármol. Muy mal deben estar las cosas por los Filabres para que los empresarios del sector de la piedra hayan decidido no celebrar los de este año. Los premios han sido una demostración de la fuerza de una comarca almeriense. Ha sido el orgullo de una provincia al comprobar la pujanza de una piedra que ha ido abriéndose paso por todo el mundo. Era el premio para aquellos hombres y mujeres que apostaban en sus trabajos por una piedra que duerme desde hace siglos en el corazón de nuestra más hermosa sierra. No debemos olvidar que era también, o se usaba por parte del sector, como agradecimiento a partidos y políticos por sus oportunos apoyos. Unas veces económicos, otras...bueno, casi siempre económicos. ¿No hay en todo este año un político, arquitecto o promotor a los que agradecer su colaboración con el Mármol de Macael? Si no se encuentran capacitados económicamente para la fiesta, lo entiendo, pero podrían entregar los premios igualmente. La Junta ya ha anunciado que el patio de los leones de la Alhambra tendrá mármol de Almería. Todavía estamos esperando lo que va a hacer el ayuntamiento de la capital con la Plaza Vieja. Obras, arquitectos, promotores y políticos no van a faltar en la lista si quieren y tienen ganas de entregar los premios del Mármol. Claro que si se trata de dinero contante y sonante para la fiesta, ahí estoy de acuerdo con ustedes, no está la situación del sector empresarial como para tirar cohetes, hay que guardar la pólvora para la sierra. Con todo, es una pena que no hayan sido capaces de salvar los premios de éste año.