Pepe Griñán, presidente del gobierno andaluz, quiere retrasar la llamada de los almerienses a las urnas hasta el mes de mayo del año que viene. El campeón Arenas anda con la mosca tras la oreja y al Pp le tiemblan las piernas. Son increíbles estos socialistas. Nos vienen diciendo desde hace treinta años que lo mejor para Andalucía y los andaluces es que las dos elecciones: generales y autonómicas, se celebren juntas. Ahora lo mejor para nosotros, lo que nos beneficia, es que se celebren separadas. Si fueran sinceros, coherentes, cosas que no se les puede pedir a los políticos, nos habrían dicho en las dos ocasiones que el que se beneficiaba o se beneficiará es el Psoe, y que como estaba en su mano presidencial decidir cuándo se llama al ciudadanos a las urnas, pues lo hacía cuando le salía de sus recovecos. Nada que objetar, es la legalidad asumida y nada se puede hacer contra ella. Pero contarnos una cosa durante más de veinte años y querer meternos el “burro” de culo ahora, pues la verdad, señores, no cuela, que quieren que les diga. En el derecho de Griñán está la convocatoria, pero no nos quieran tomar el pelo, por Dios, que ya somos mayorcitos. La preocupación de Arenas, aunque no lo diga, es de lógica: Rajoy tendrá que tomar medidas duras si gana en noviembre, y los sindicatos van a tirarse al cuello de los populares, van a tomar la calle que no han hecho en estos siete años y van a poner en un brete la victoria del campeón. Si son tan listos los socialistas a la hora de marcar las estrategias electorales (y voto a Dios que lo demuestran) por qué no lo son a la hora de gobernar. Predican, pero el trigo no se ve.