Álbumes
Álbumes
Nunca he sido demasiado partidario de revisitar esos álbumes fotográficos de gran tamaño en los que, antes de la aparición de los multiteléfonos, se almacenaba la memoria gráfica de nuestra vida. Y es que a medida que pasa el tiempo, en cada repaso vamos descubriendo un detalle que nos enfrenta al vértigo de lo irrecuperable. Y por mucho que se agradezca no recuperar algún atuendo o peinado lucido con naturalidad en el pasado, en esas colecciones de fotografías siempre hay presencias o circunstancias que nos afligen, bien sea por la imposibilidad de recuperarlas o por no haberlas sabido impedir en su momento. Ahora bien, lo que parece un ejercicio de melancolía sublimado hasta el absurdo es contextualizar en la actualidad lo que no es más que una impresión gráfica del pasado. Por eso sorprende que un diario tradicionalmente serio como “El País” instrumente una campaña de desprestigio destinada a socavar el futuro de un político publicando unas fotografías de su pasado. Supongo que todos ustedes están al tanto del asunto de las fotos del presidente de la Xunta, Nuñez Feijoo, tomadas en 1995 y en las que aparece junto a un tipo que, algunos años después, acabaría condenado por narcotráfico. ¿Me puede decir alguien dónde está, a día de hoy, la noticia? Cada vez me siento más perplejo ante el rumbo que está cobrando este viejo y necesario oficio de contar las cosas que pasan. A este paso, temo que esa foto en blanco y negro de primero de EGB, en la que aparezco en un jardín escalonado y rodeado de niños con flequillo y junto a un señor con sotana, acabe sirviendo de prueba gráfica para incriminar a alguien.