Esperanza
Esperanza
Había transcurrido toda su vida esperando. No sabía, con certeza, que es lo que esperaba, pero lo que si tenía seguro es que su porvenir era esperar. Muchas veces había oído decir que la esperanza es lo último que se pierde y ese “ dicho” le servía de consuelo. Y esperaba sin saber qué, pero esperaba cada noche se dormía pensando si el día siguiente se resolvería esa incógnita, pero la realidad que todos los días siguientes amanecerían. Y la incógnita no se desvelaba.
Y su espíritu se rebelaba y pensaba que todo eso de la esperanza podía ser un “invento” descubierto y propagado a “bombo y platillo” por los hombres que habían nacido para ocupar los espacios vacios creados – precisamente- para ocupar esos espacios que esperaban ser ocupados por los hombres que arribaban queriendo hacer algo real: la suspirada y deseada “esperanza”. Mientras tanto florecían posibles hechos que parecían destinados a ser metas a cubrir las aspiraciones de los hombres sin esperanza. Y esos seres se multiplicaban constantemente sin tener nada importante que fuera la base para realizar algo positivo que cubriera la incógnita siempre exhibida como titular de la esperanza.
Pero fuera como fuese, la esperanza siempre ha sido la ilusión de vivir… Eso: la esperanza es ilusión, es motivación… Es creer que ha de suceder algo favorable que se desea firmemente. Y ahora con la “que está cayendo” necesitamos como nunca una sobredosis de esperanza de la buena, que nos haga posible lo que todos deseamos y a todos os deseo. Dios lo quiera.