La culpa es de Parada
La culpa es de Parada
Como ahora todos somos expertos lectores de labios, podemos interpretar sin la refrescante sombra de la duda que el medio minuto de charla entre el Rey y el presidente Rajoy tras el desfile del otro día era una regañina por las palabras del ministro Wert.
En todo caso, creo que la raíz de las ganas con las que más de uno se ha tirado al cuello del ministro de Educación se encuentra en el uso de la palabra/tabú (“España”) verbalizada de un modo quizá mejorable pero fácilmente comprensible. “Españolizar” es el verbo y estratosférica ha sido la reacción. Pero no creo que el Rey pueda tener algo en contra de quien dice que habría que hacer algo para que los hermanos pequeños de los que queman fotos de Su Majestad empiecen a crecer en un ambiente educativo distinto. Aunque me temo que ya es tarde. Durante décadas, los diferentes gobiernos han permitido que en Cataluña se haya instilado a los niños una educación rabiosamente dirigida a situar el concepto “España” en el prospecto de todos los laxantes mentales, a cambio de apoyos en el Congreso. Y si a esa falta de perspectiva le sumamos el efecto “Cine de Barrio”, ya tenemos explicada la pajarraca que le están liando a Wert. Y es que hay quien cree que españolizar algo es darle una pasada por Manolo Escobar y Luis Lucena o hacer bandera del landismo. Es una cuestión de concepto, porque a ver qué es lo que hace el Instituto Cervantes por medio mundo. En fin, que la culpa la tiene Parada, que se empeñó en poner de moda la caspa… y lo ha conseguido.