Cuando se anunció la creación de la comisión de investigación de los famosos ERES fraudulentos fuimos muchos los que expresamos razonables dudas acerca de la utilidad real de un organismo formalmente condenado al bizcocheo. Pero claro, eran unas reflexiones pesimistas fruto del desánimo, porque a estas alturas de la comisión y con todas las cosas que ha evacuado este organismo, poner pegas a este sanedrín de esclarecedores es tan limitado y empobrecedor como definir al circo Barnum & Bailey como un simple desfile de animalitos en la pista.

¿Dónde queda la magia, la fascinación y el deslumbramiento por el más difícil todavía? Y es que el error ha sido juzgar a esta comisión con perspectiva judicial y no escénica. Sólo así podremos entender que los desahogados presidentes de la Junta tengan el cuajo de decir que no se enteraban de nada y, de modo muy especial, que la ex consejera de Economía y Hacienda, doña Magdalena Alvarez -nuestra inolvidable Maleni- diga a la Comisión que a ella "se le pueden haber olvidado fácilmente 12.000 millones porque ha manejado muchos más." A la mierda Tania Doris. Esto sí que es una apoteosis como Dios y Matías Colsada mandan, bajando la escalera final chula de caderas y repartiendo besos agradecida y emocionada. Es decir, que la consejera de Hacienda de la misma Junta que tenía montada una administración paralela para el robo del dinero público de todos los andaluces a favor de familiares, compañeros y amigos, dice que se ha olvidado del destino de semejante cantidad de millones. Normal: ya dijo la propia Maleni que el dinero público no era de nadie. ¡Y llegó a ministra!