Problemas nunca faltan
Problemas nunca faltan
Me valgo de mis propias experiencias para afirmar de manera rotunda que las contrariedades tienen que ser vencidas por el propio individuo, salvo que el caso adquiera grandes dimensiones y, lógicamente, tengamos que recurrir al facultativo. Mi padre, cuando me veía decaído, empleando su sabiduría me decía: “El mundo es de los audaces, no vale estancarse en un idea contra el destino, hay que salir del fondo del pozo donde se regodea uno en ser víctima; luchar es el antídoto de las contrariedades, o incluso de las desgracias “.
A mí, por aquel entonces, se me abría un camino expedito para que lo recorriera de manera fácil, sin embargo mi mente un poco enfermiza siempre desorbitaba hasta las cosas más pequeñas, lo que producía un tipo de desasosiego que, de algún modo, dañaba mi alma en aquel tiempo hecha de rosas heridas por sus propias espinas. Los avatares vinieron pronto y tuve que sortear desfiladeros insondables y algunas veces crueles. Tarde, pero tuve que prescindir de la mano amiga de mi padre y hermano. Ahora recuerdo un trozo poético que compuse de forma súbita a una mujer de belleza exuberante: “¡Levanta, mujer, la espiga de tu vida, el tiempo no pasa, es siempre el mismo!“. No me gustaría caer en el paternalismo pero, cuando se toca fondo, hay que pisar con fuerza para aflorar a la superficie de la verdad a la cual no hay que acariciar, sino plantarle cara con valentía; y poder soñar; los sueños, cuando son bien forjados redundan en realidades palpables y hermosas. “Mira las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar “.
Siempre me produjeron aversión los conmiserativos que usan sus consejos para sentar cátedra o una especie de paternalismo que me aturde e irrita. Lo que sí procuro es que mis experiencias, que son tantas,-lo digo sin arrogancia-, sirvan para restañar las heridas que producen los hombres, sin ningún reparo ni consideración, a los que tienen un alma hermosa y una sensibilidad exquisita. Pilar Pérez: “María de la mar amarga ¿adonde llevas tu vida? Descarnaron tus raíces y vas sin rumbo ni estrella, como una barca perdida”