La hora de los andaluces
La hora de los andaluces
Andalucía necesita un cambio. Creo que es el mejor modo de resumir la percepción generalizada de miles de andaluces en la antesala del 28-F, el Día de Andalucía, que los almerienses vamos a conmemorar con la vista puesta en el horizonte de futuro que deseamos para nuestra comunidad. Alejados del triunfalismo hueco e irreal del gobierno de la Junta de Andalucía, somos muchos los andaluces que deseamos un cambio profundo y sosegado que vaya más allá de los partidos o de las personas, para comenzar a transformar la mentalidad andaluza y comenzar a creer más en nuestra propia capacidad antes que en la larga mano de una administración que ofrece subvenciones a cambio de votos. Después de treinta años de gobierno familiar socialista, ha llegado la hora de los andaluces. Pero la de todos los andaluces y no sólo la de unos pocos amigos, conocidos o afiliados. Es hora de que la Andalucía real, la de los trabajadores, la de los pequeños empresarios, la de los jóvenes que se forman y quieren trabajar, se imponga a esa otra Andalucía ficticia que sólo existe en los anuncios que encarga la Junta de Andalucía. Para que esa Andalucía real sea la que gestione el día a día de nuestra comunidad, Javier Arenas ha prometido un cambio tranquilo, basado en la concordia y en el que, igual que no habrá espacio para los ERES falsos, será un cambio sin erres: sin revanchas, sin rencores y sin resentimientos. A lo largo de los últimos meses, los españoles han mostrado una confianza mayoritaria al estilo de gobierno que supone el PP: progreso y calidad de vida allá donde gobierna y reformas eficaces allá dónde ejerce la oposición. La respuesta de los ciudadanos ha sido muy clara en las elecciones municipales y generales: han mostrado una confianza absoluta en las propuestas de Mariano Rajoy y los diferentes candidatos populares. Ahora nos falta un último empujón en Andalucía para ayudar a consolidar el modelo de cambio que demanda la actual situación de crisis generada por la absoluta incompetencia del PSOE a la hora de gobernar. La urgencia actual de la situación andaluza demanda un cambio que posibilite la creación de empleo y permita que la sociedad andaluza vuelva a tener confianza en sí misma. Es evidente que los andaluces no pueden seguir otorgando su confianza a quienes, durante treinta años, no han conseguido alcanzar más cimas que las del desempleo, la desatención social, el fracaso escolar y los escándalos. Y por eso es imprescindible un cambio que traiga a Andalucía la regeneración de la vida pública tras treinta años de abusos y de ocupación del poder por el PSOE. Andalucía tiene derecho al futuro porque tiene futuro y porque de la crisis se sale entre todos, con un esfuerzo colectivo, con un cambio de mentalidad y con un amplio programa de reformas que empieza por una: decir la verdad a los andaluces y cambiar todo lo que ha funcionado mal o, sencillamente, no ha funcionado. Los andaluces no merecen gobiernos resignados a su suerte y sin alternativas, sino un Gobierno ilusionante que pilote el cambio necesario. Y ese gobierno es el del Partido Popular, con Javier Arenas al frente.