La Voz de Almeria

Opinión

Jose Fernández
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El poder de la imagen sobre la palabra se explica, mejor que en la desigual

relación del millar de expresiones ante un simple fotograma, en la supremacía de la sugerencia frente a la descripción. Por muy bien que expliques algo, siempre se quedará corto si lo comparas con lo que puedes estar sugiriendo. Algo así pensé al ver ayer en la portada del Diario El Mundo una de las mejores foto-noticias de los últimos meses: una instantánea de Javi Martínez captada en el inicio del curso político del Gobierno de Pedro Sánchez. Una mesa en la que aparece flanqueado por sus ministros (y ministras) en la que cada personaje parece seguir su propio guión, convirtiendo lo que debía ser una escena coral en un pandemonium. Si no la han visto, recuerden la iconografía típica de las Santas Cenas de los comedores de cuando antes. Cada apóstol a su bola y el Jesús que va a ser traicionado en el centro. La fuerza de la imagen era tal, que el interesantísimo pie de foto pasaba a un segundo plano. En él, se explicaba que ese mismo día el Gobierno se negó hasta tres veces a sí mismo, evidenciando su evangélica incapacidad de aparentar una mínima coherencia a la hora de anunciar medidas simples. Lo que decía el presidente lo negaban sus ministras, y viceversa. Las caras, las miradas perdidas y los gestos del grupo que comenzó su andadura autodenominándose “el Gobierno de la Dignidad”, sugerían la enorme dimensión de su irrelevancia. Cuando te faltan escaños para gobernar, lo último que te puede faltar son las tablas para representar tu papel. He ahí la verdadera medida de un gobierno ensamblado al rebufo de una maniobra parlamentaria de última hora y sin más programa de gobierno que prolongar su propia campaña electoral. Igual que los mendigos que Buñuel sentó a la mesa en Viridiana, la cuadrilla de Sánchez ha venido a sacar tajada de lo que pueda y a quitarse unas hambres que defienden como herencia de clase a falta de algo mejor que sostener. Entre el surrealimo y la cena de los idiotas. Así estamos.

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