El Almería volverá a jugar a la ruleta rusa en la ultima jornada
Comunión entre hinchada y equipo
De los cuatro últimos desplazamientos el Almería ha perdido tres, Córdoba, Mallorca y Getafe, lo que pone de manifiesto que el equipo almeriense ha llegado al final de la presente campaña en plena crisis de juego y resultados cuando de jugar lejos del Mediterráneo se trata.
La derrota en el Coliseum Alfonso Pérez fue fruto de la conjunción de dos factores: fallos defensivos y pólvora mojada de los rojiblancos.
Para el próximo sábado a los profesionales del conjunto almeriense no les queda otra que pasar página, estudiar errores, apretar los dientes y salir a morir con el solo objetivo de ganar, ya que el triunfo es el único resultado que garantiza la permanencia. Y es que, un año más el Almería va a tener que jugar a la ruleta rusa en su último compromiso liguero.
Tuvo que hacerlo el curso pasado pero con la pistola trucada dado que tanto el Córdoba, anfitrión del postrero encuentro, como al propio Almería, les valía con el empate que finalmente se dio y con el cual ambos contendientes evitaron recibir el balazo fatídico.
Este año, pese a jugar la finalísima en casa y ante la afición, una afición que está no sólo mosqueada por lo que vio en Getafe sino lo siguiente, no lo tiene mejor ya que enfrente va a tener un rival que ha hecho una gran campaña y que viene de dejar prácticamente fuera de los play offs al Valladolid, pese a no jugarse nada.
Cuando el próximo sábado la Liga 1|2|3 eche el telón en el Estadio Mediterráneo será el momento de analizar lo sucedido y las causas de los sufrimientos a los que el equipo ha sometido a sus seguidores. Ahora nos vamos a centrar en el compromiso del sábado ante el Reus para pedir desde aquí a los futbolistas sobre los que recaiga la responsabilidad de dejar al equipo en Segunda, que se dejen la piel en el campo, que luchen y ganen los balones divididos y, sobre todo, que cuiden a Casto para que los catalanes no se adelanten en el electrónico. A la sufrida afición del conjunto almeriense que aparque el pasado y que ponga toda la carne en el asador para conducir a la victoria a los suyos con su aliento y aplauso. Todo ello porque el único camino viable para lograr la permanencia pasa por la comunión de esfuerzos de jugadores e hinchada.