Hoy es un día muy triste en Adra. Ha muerto a los 77 años su hijo predilecto José María Gómez Lázaro-Carrasco. Un maestro que llegaba al corazón. Pisó suelo abderitano para enseñar a generaciones de alumnos de la bonita ciudad milenaria y se quedó hasta el último de sus días enamorado de sus calles y de sus gentes. Don José María para Adra y la enseñanza ha sido para mi familia José Mari el hijo de doña Ascensión. Nacimos y crecimos pared con pared en los números 29 y 31 de la calle Magistral Domínguez. Su hermano Paquito era el mayor y se iba en el camión con mi padre y él siempre pegado a los libros. Su madre daba la vida por ellos y ellos en aquella Almería de los 60 esperando que subiera la calle cansada de la dura jornada. Era funcionaria del Estado y Jose Mari dejaba la casa ‘niquelada’ yo le ayudaba y me invitaba a un vaso de ‘La Casera’.

Paquito y Jose Mari estudiaron en La Salle y acabaron Medicina y Magisterio para orgullo de doña Ascensión que tenía de vecina a Juanita Pardo que fue la primera médica de España. Aquella calle Magistral Domínguez estaba poblada con los Briseis, Saberes, Maranchi, Jiménez, Algarra, Camachos… Y tenía su propia vida social y todo se compartía. La vida se hacía en la calle y a ella íbamos los niños cuando todavía no nos habían clasificado por edades: todos juntos. Los libros eran de obligado cumplimiento y Jose Mari 11 años mayor que yo me daba clases los veranos porque si su madre veía bajo mi boletín me buscaba maestro. Me llevaba a la clausura del curso de La Salle donde participaba en las actividades y siempre tan unidos.

Hicimos muchas cosas juntos de niños y coincidimos en LA VOZ de Almería ya que era corresponsal de Adra y muy querido por toda la redacción. Fue el periódico de todos los almerinses el que nos volvía a unir ya mayores y sería para siempre porque una de las últimas cosas que hicimos juntos fue escribir la historia de su madre y localizar su descanso eterno en el Cementerio de Almería. Yo la visito siempre, muy cerca de mis padres con su lápida negra. El último regalo que me hizo fueron unas fotos de su colección donde aparecía mi padre y parte de nuestra familia. Todo lo que me llega de su familia ha sido un regalo de Dios: Que gente tan buena.

La calle Magistral Domínguez

Los niños de doña Ascensión y los de Carmela crecieron juntos hasta que los estudios nos separaron. Paquito y Jose Mari eran muy distintos porque el mayor tan inquieto iba por libre y el menor siempre pendiente de su madre y de todos los niños de la calle. Paquito sentía pasión por los coches y los camiones y se iba con mi padre en el Pegaso de la ‘Cruzcampo’ y no le avisaba a su madre: para eso estaba su hermano. Porque Jose Mari era el más querido de la pandilla porque era muy bueno y cariñoso y como era de los mayores nos enseñaba siempre lo que aprendía en La Salle a los que íbamos al colegio de don Miguel en la Plaza Marín.

Nuestras casas se comunicaban por el patio interior y al grito de “Carmelaaa” tocaba poner la radio para escuchar la novela y luego a rezar el rosario en su casa. Previo reparto de la merienda a base de pan con chocolate y un duro (cinco pesetas) para comprar en el kioskillo de Paco. Vivíamos a otra velocidad y el día que Juanita vino con un Jaguar rojo a la calle: la que se montó. Todo esto que están leyendo forma parte de la última conversación nuestra en la redacción de LA VOZ porque vino a darme las gracias por el reportaje de su madre. Me siento orgulloso de todo lo que ha sido y del ejemplo que ha sido para los que aprendieron esos valores que llevaba desde la cuna.

Corresponsal de LA VOZ DE ALMERÍA

Me contaba José María que llegó a Adra y sintió un flechazo y tenía claro que se iba a quedar allí. Su hermano en Francia me decía (ya fallecido) y sin nadie en la calle donde nacimos vio salir el sol para siempre en la ciudad de la que es hijo predilecto. Tenía buena pluma y empezó a escribir en LA VOZ DE ALMERÍA. Yo no podía imaginar que José María Gómez (como firmaba las crónicas) era el hijo de doña Ascensión y en una cena de fin de año nos quedamos mirando el uno al otro y aquello se nos fue de las manos. Yo no sabía quién era José María como él jamás imaginó que el hijo de Carmela fuera Tony Fernández. Aquella noche nos despachamos a base de recuerdos de nuestra infancia y nos contamos la vida. Fue a mediado de los 80 y desde entonces nos comunicábamos casi a diario.

Escribía mucho y bien de su Adra casi natal a tenor de los méritos contraídos. Peleaba su página cada día y mandaba los textos por FAX y como yo pasaba muchas horas en la redacción me daba un ‘toque’ y cuando llegaba Elena le pasaba sus textos. Ya cada fin de año nos veíamos y le contaba cosas de mi madre que era la única que quedaba viva y de mi hermana Elo que era 5 años menor y se pegaban ‘sus raticos de cháchara’ en la calle. Muy querido por Pedro Manuel y por el editor José Luis Martínez siempre puntual al encuentro con los compañeros. Ha dejado su huella en la hemeroteca de LA VOZ y Adra se siente muy orgullosa de don José María.

Hijo predilecto de Adra

Cuando me enteré por LA VOZ de su nombramiento como hijo predilecto fue justo cuando habíamos acabado el reportaje de su madre y venía muy atareado con el protocolo y lo que iba a decir ese día. Yo le dije que hablara de la calle Magistral Domínguez que de allí nació todo. Siempre llevaba Adra en la boca y su familia eran los abderitanos. Quedamos tantas veces para tomar un chato de vino (nosotros que nos mareamos a la puerta de un bar) y pasaba por allí tantas veces camino de Málaga para radiar partidos pero en la ida era domingo y temprano y a la vuelta ya estaría acostado y los bares cerrados. Me he enterado de su muerte por otro abderitano de 10, Pepe Cazorla, y lejos de venirme abajo le he puesto a escribir recordando la lucha de su madre.

Porque el hijo de doña Ascensión nacía buena persona pero todo lo demás se lo iba inculcando su madre que le decía a la mía que yo estudiar y lo hice a base de becas porque sabe Jose Mari que en mi casa con 5 hermanos no sobraba el dinero. El hijo predilecto de Adra ha vestido de luto a la ciudad que amaba pero pasará pronto porque era un tipo alegre y bueno. Un señor de la enseñanza que se quedaba con lo bueno de aquellos que lo rodeaban. Amaba Adra y me gustaría poder pasear por su calle en esta ciudad como tantas veces pasamos por la del Magistral Domínguez.

Ayuntamiento de Adra

“El Ayuntamiento de Adra quiere expresar su más sentido pésame por el fallecimiento de D. José María Gómez Lázaro‑Carrasco, distinguido Hijo Adoptivo de Adra, título honorifico aprobado por unanimidad por el Pleno de la Corporación Municipal. José María era un vecino muy querido, ejemplo de generosidad, cercanía y compromiso con nuestra ciudad, nuestra historia y con nosotros, los vecinos y vecinas de Adra. Su emotivo pregón de las Fiestas Patronales de 2022 aún permanece en la memoria de quienes tuvimos el privilegio de escucharle. Desde el Ayuntamiento queremos acompañar en el dolor a su familia, amigos y seres queridos, y transmitir nuestro reconocimiento público por su legado, que quedará para siempre en la historia de Adra”.

José María Gómez Lázaro- Carrasco

Nacido en Gérgal en 1948, Gómez Lázaro-Carrasco fue licenciado en Historia, Pedagogía y Magisterio. Comenzó su carrera profesional en Adra en el año 1974, como maestro en el centro de enseñanza San Fernando, donde ejerció su labor hasta el año 1997. Posteriormente, y después de un año trabajando en el colegio Pedro de Mena, su carrera docente continuó con el reto de poner en marcha, como director, el IES Virgen del Mar. Así, se ganó el cariño y respeto de los cientos de alumnos y alumnas a los que ha enseñado a lo largo de su larga y fructífera trayectoria profesional.

El que fuera pregonero de las fiestas patronales de Adra de 2022, destaca, además, por haber compaginado su labor docente con distintas iniciativas sociales, en las que ha continuado participando activamente hasta su fallecimiento. Y es que ha colaborado más de tres décadas con Cáritas Adra, entidad de la que ha sido director y desde la que proporcionaba ayuda a decenas de familias abderitanas en riesgo de exclusión. Asimismo, desde el año 2011 dirigía el Banco de Alimentos de Adra, proporcionando comida y productos de primera necesidad a cientos de familias con pocos recursos. Por todo ello, por cariño de toda una ciudad, por ser ejemplo de generosidad, humanidad y compromiso fue nombrado ‘Hijo Adoptivo de la Ciudad de Adra’, con la unanimidad del Pleno de la Corporación Municipal, distinción que le fue entregada en la primera Gala del Día del Municipio de Adra en 2024.

Esta tarde a las 7 será la misa en la Iglesia de la Inmaculada Concepción.